Ivone Gebara |
No quiero comentar los discursos del Papa Francisco ni la alegría de muchos de nosotros/as al sentir la simpatía, cariño y la proximidad de Francisco. No quiero hablar sobre algunas posiciones coherentes anunciadas en relación con las estructuras de la Curia Romana. Sólo quiero tejer dos breves observaciones.
La primera es sobre la entrevista del Papa en el avión de regreso a Roma, cuando se le preguntó sobre la ordenación de mujeres y dijo que el tema estaba cerrado, o sea, dijo NO. Agregó que una "teología de la mujer” debía hacerse y que la Virgen María era superior a los Apóstoles. Por tanto nada de anhelar un lugar diferente para las mujeres.
La segunda observación se refiere a la identificación del nuevo catolicismo juvenil con cierta tendencia carismática muy en boga en la iglesia católica hoy. Esto debería llevarnos a cuestiones muy serias, más allá de nuestra sed de tener líderes inspirados que hablen a nuestro corazón y que renuncien a los discursos teológicos racionalistas y dogmáticos del pasado.
¿Cómo puede el Papa Francisco simplemente ignorar la fuerza del movimiento feminista y su expresión en la teología católica feminista hace más de tres o cuatro décadas dependiendo de los lugares?
Me espantó también el hecho de que haya afirmado que podríamos tener más espacios en pastoral, cuando, en realidad, en todas las parroquias católicas, son las mujeres mayoritariamente quienes llevan adelante los muchos proyectos misioneros. Soy consciente de que estas palabras en relación a las mujeres, pocas palabras sin duda, se limitan a un viaje de vuelta a casa, por tanto, no pueden y no deben crear sombras a una visita tan exitosa. Sin embargo, son los tropiezos que tenemos, nuestros actos defectuosos los que revelan la cara oculta, el lado sombrío que hay también en nosotros. Son estos pequeños actos los que abren las puertas de la reflexión para tratar de ir un poco más adelante en relación con las primeras impresiones.
La Teología Feminista tiene una larga historia en muchos países del mundo y una larga y marginada historia en las instituciones católicas, especialmente en América Latina. Publicaciones en estudios bíblicos, Teología, Liturgia, Ética, Historia de la Iglesia, han poblado las bibliotecas de muchas escuelas de Teología en diferentes países. También han circulado en muchos entornos laicos interesados por esta novedad tan llena de nuevos sentidos. Y estos textos no son estudiados en las principales facultades de teología, sobre todo, por el futuro clero en formación y en los institutos de vida consagrada. La oficialidad de la iglesia no les da derecho de ciudadanía porque la producción intelectual de las mujeres todavía se considera inadecuada a la racionalidad teológica masculina. Y, además, constituye una amenaza para el poder masculino vigente en las iglesias. La mayoría [del clero] no conoce lo que existe como publicaciones y como formación alternativa organizada, así también, desconoce los nuevos paradigmas propuestos por estas teologías contextuales y plurales.
Desconoce su fuerza inclusiva y el llamado a la responsabilidad histórica de nuestros actos. La mayoría de los hombres de la iglesia y los fieles siguen viviendo como si la teología fuese una ciencia eterna basada en verdades eternas y enseñada principalmente por hombres y, secundariamente, por las mujeres, según la ciencia masculina establecida. Niegan la historicidad de los textos, la contextualidad de posiciones y razones. Desconocen las nuevas filosofías que informan el pensamiento teológico feminista, las hermenéuticas bíblicas y las nuevas aproximaciones éticas.
Papa Francisco, por favor, infórmese en Google sobre algunos aspectos de la teología feminista, al menos del mundo católico. ¡Tal vez su posible interés pueda abrir otros caminos para percibir el pluralismo del género en la producción teológica! Decir que la Virgen María es mayor que los apóstoles, en una expresión de consuelo abstracto de la teología masculina. Se ama a la Virgen lejana y enfocada en la intimidad personal, pero no se escuchan los clamores de las mujeres de carne y hueso. Es más fácil hacer poemas a la Virgen y arrodillarse ante su imagen, que estar atentos a lo que está pasando con las mujeres en muchos rincones de nuestro mundo. Mientras tanto, si los hombres quieren afirmar la excelencia de la Virgen María tendrán que luchar por que los derechos de las mujeres sean respetados a través de la extirpación de las muchas formas de violencia contra ellas.
Tendrán, inclusive que estar atentos a las instituciones religiosas y a los contenidos teológicos y morales trasmitidos que pueden no sólo reforzar, sino generar otras formas de violencia contra las mujeres.
Me temo que muchos fieles y pastoralistas necesitados del papa bueno, del padre espiritual, del Papa que ama todos, se rindan ante tan simpática y amorosa figura de Francisco y fortalezcan un nuevo clericalismo masculino y una nueva forma de adulación del papado. El papa Ratzinger, con sus posturas rígidas, dió lugar a que el clericalismo y la institución del papado fueran criticadas. Pero ahora, con Francisco, parece que regresen nuestros fantasmas del pasado, endulzados hoy con la simple y fuerte figura de un papa capaz de renunciar al lujo de los palacios y los privilegios de su condición. Un papa que parece introducir un nuevo rostro público a esta institución que hizo historia y no siempre una bella historia en el pasado. El momento exige prudencia y una crítica alerta, no para desautorizar al Papa, sino para ayudarle a ser más nosotros, más Iglesia, una iglesia plural y respetuosa de sus muchos rostros.
Mi segundo breve comentario es en relación a la necesidad de identificar a la mayoría de los grupos de jóvenes presentes en la Jornada aclamando cálidamente al papa. ¿En qué Evangelio y en que teología están siendo formados? ¿De dónde vienen? ¿Qué están buscando? No tengo respuestas claras. Sólo sospechas e intuiciones en relación con la presencia predominante de una tendencia más carismática y conservadora y más celebrativa en la línea Góspel. Expresiones de pasión por el Papa, de repentino e intenso amor que lleva a las lágrimas, a tocarlo, a vivir los milagros repentinos, a bailar y agitar el cuerpo, han sido comunes, en sus manifestaciones, a los movimientos neo-pentecostales.
Sin querer hacer sociología de la religión, creo que sabemos que estos movimientos buscan estabilidad social, por encima de las transformaciones políticas que procuran el derecho y la justicia para todos los ciudadanos y ciudadanas. Creo que es lo que corresponde, sin duda, al momento que estamos viviendo y responden a algunas de las necesidades inmediatas del pueblo. Sin embargo, hay otra cara del cristianismo que no pudo manifestarse en la Jornada. El cristianismo que aún inspira a la lucha de los movimientos sociales por vivienda, tierra, derechos LGBT, los derechos de las mujeres, los niños, los ancianos, etc.. Cristianismo de las comunidades de base (CEBs), de las iniciativas inspiradas en la teología de la liberación y la teología feminista de la liberación. Estas expresiones, aunque presentes, fueron casi sofocadas por la fuerza de aquello que la prensa quería fortalecer y, por lo tanto, era de su interés. Todo esto nos invita a pensar.
La primera es sobre la entrevista del Papa en el avión de regreso a Roma, cuando se le preguntó sobre la ordenación de mujeres y dijo que el tema estaba cerrado, o sea, dijo NO. Agregó que una "teología de la mujer” debía hacerse y que la Virgen María era superior a los Apóstoles. Por tanto nada de anhelar un lugar diferente para las mujeres.
La segunda observación se refiere a la identificación del nuevo catolicismo juvenil con cierta tendencia carismática muy en boga en la iglesia católica hoy. Esto debería llevarnos a cuestiones muy serias, más allá de nuestra sed de tener líderes inspirados que hablen a nuestro corazón y que renuncien a los discursos teológicos racionalistas y dogmáticos del pasado.
¿Cómo puede el Papa Francisco simplemente ignorar la fuerza del movimiento feminista y su expresión en la teología católica feminista hace más de tres o cuatro décadas dependiendo de los lugares?
Me espantó también el hecho de que haya afirmado que podríamos tener más espacios en pastoral, cuando, en realidad, en todas las parroquias católicas, son las mujeres mayoritariamente quienes llevan adelante los muchos proyectos misioneros. Soy consciente de que estas palabras en relación a las mujeres, pocas palabras sin duda, se limitan a un viaje de vuelta a casa, por tanto, no pueden y no deben crear sombras a una visita tan exitosa. Sin embargo, son los tropiezos que tenemos, nuestros actos defectuosos los que revelan la cara oculta, el lado sombrío que hay también en nosotros. Son estos pequeños actos los que abren las puertas de la reflexión para tratar de ir un poco más adelante en relación con las primeras impresiones.
La Teología Feminista tiene una larga historia en muchos países del mundo y una larga y marginada historia en las instituciones católicas, especialmente en América Latina. Publicaciones en estudios bíblicos, Teología, Liturgia, Ética, Historia de la Iglesia, han poblado las bibliotecas de muchas escuelas de Teología en diferentes países. También han circulado en muchos entornos laicos interesados por esta novedad tan llena de nuevos sentidos. Y estos textos no son estudiados en las principales facultades de teología, sobre todo, por el futuro clero en formación y en los institutos de vida consagrada. La oficialidad de la iglesia no les da derecho de ciudadanía porque la producción intelectual de las mujeres todavía se considera inadecuada a la racionalidad teológica masculina. Y, además, constituye una amenaza para el poder masculino vigente en las iglesias. La mayoría [del clero] no conoce lo que existe como publicaciones y como formación alternativa organizada, así también, desconoce los nuevos paradigmas propuestos por estas teologías contextuales y plurales.
Desconoce su fuerza inclusiva y el llamado a la responsabilidad histórica de nuestros actos. La mayoría de los hombres de la iglesia y los fieles siguen viviendo como si la teología fuese una ciencia eterna basada en verdades eternas y enseñada principalmente por hombres y, secundariamente, por las mujeres, según la ciencia masculina establecida. Niegan la historicidad de los textos, la contextualidad de posiciones y razones. Desconocen las nuevas filosofías que informan el pensamiento teológico feminista, las hermenéuticas bíblicas y las nuevas aproximaciones éticas.
Papa Francisco, por favor, infórmese en Google sobre algunos aspectos de la teología feminista, al menos del mundo católico. ¡Tal vez su posible interés pueda abrir otros caminos para percibir el pluralismo del género en la producción teológica! Decir que la Virgen María es mayor que los apóstoles, en una expresión de consuelo abstracto de la teología masculina. Se ama a la Virgen lejana y enfocada en la intimidad personal, pero no se escuchan los clamores de las mujeres de carne y hueso. Es más fácil hacer poemas a la Virgen y arrodillarse ante su imagen, que estar atentos a lo que está pasando con las mujeres en muchos rincones de nuestro mundo. Mientras tanto, si los hombres quieren afirmar la excelencia de la Virgen María tendrán que luchar por que los derechos de las mujeres sean respetados a través de la extirpación de las muchas formas de violencia contra ellas.
Tendrán, inclusive que estar atentos a las instituciones religiosas y a los contenidos teológicos y morales trasmitidos que pueden no sólo reforzar, sino generar otras formas de violencia contra las mujeres.
Me temo que muchos fieles y pastoralistas necesitados del papa bueno, del padre espiritual, del Papa que ama todos, se rindan ante tan simpática y amorosa figura de Francisco y fortalezcan un nuevo clericalismo masculino y una nueva forma de adulación del papado. El papa Ratzinger, con sus posturas rígidas, dió lugar a que el clericalismo y la institución del papado fueran criticadas. Pero ahora, con Francisco, parece que regresen nuestros fantasmas del pasado, endulzados hoy con la simple y fuerte figura de un papa capaz de renunciar al lujo de los palacios y los privilegios de su condición. Un papa que parece introducir un nuevo rostro público a esta institución que hizo historia y no siempre una bella historia en el pasado. El momento exige prudencia y una crítica alerta, no para desautorizar al Papa, sino para ayudarle a ser más nosotros, más Iglesia, una iglesia plural y respetuosa de sus muchos rostros.
Mi segundo breve comentario es en relación a la necesidad de identificar a la mayoría de los grupos de jóvenes presentes en la Jornada aclamando cálidamente al papa. ¿En qué Evangelio y en que teología están siendo formados? ¿De dónde vienen? ¿Qué están buscando? No tengo respuestas claras. Sólo sospechas e intuiciones en relación con la presencia predominante de una tendencia más carismática y conservadora y más celebrativa en la línea Góspel. Expresiones de pasión por el Papa, de repentino e intenso amor que lleva a las lágrimas, a tocarlo, a vivir los milagros repentinos, a bailar y agitar el cuerpo, han sido comunes, en sus manifestaciones, a los movimientos neo-pentecostales.
Sin querer hacer sociología de la religión, creo que sabemos que estos movimientos buscan estabilidad social, por encima de las transformaciones políticas que procuran el derecho y la justicia para todos los ciudadanos y ciudadanas. Creo que es lo que corresponde, sin duda, al momento que estamos viviendo y responden a algunas de las necesidades inmediatas del pueblo. Sin embargo, hay otra cara del cristianismo que no pudo manifestarse en la Jornada. El cristianismo que aún inspira a la lucha de los movimientos sociales por vivienda, tierra, derechos LGBT, los derechos de las mujeres, los niños, los ancianos, etc.. Cristianismo de las comunidades de base (CEBs), de las iniciativas inspiradas en la teología de la liberación y la teología feminista de la liberación. Estas expresiones, aunque presentes, fueron casi sofocadas por la fuerza de aquello que la prensa quería fortalecer y, por lo tanto, era de su interés. Todo esto nos invita a pensar.
No ha pasado ni una semana del viaje del papa y ahora los periódicos y las cadenas de televisión poco se ocupan de él. ¿Y lo que sucede en las comunidades católicas después de esta apoteosis? ¿Cómo vamos a continuar nuestras jornadas cotidianas?
Además de la visita del Papa y una posible nueva forma del papado de Francisco, estamos siendo convidadas/os a pensar en la vida, a pensar los rumbos actuales de nuestra historia y a rescatar a los más fuertes y preciosos presentes en la tradición ética libertaria de los Evangelios. No basta decir que Jesús nos ama. Tenemos que descubrir cómo nos amamos y que estamos haciendo para crecer en la construcción de relaciones más justas y solidarias.
Publicado en el Foro de Curas de Vizcaya
Traducido por Ricardo Zúniga García
Traducción modificada por la administradora del blog
Fuente fotografía: http://a-grande-guerra.blogspot.com.es/2010/07/feminista-e-teologa-ivone-gebara-ataque.html
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