La obra de Muholi es, según sus propias palabras, “un trabajo de activismo visual”. Todo su empeño y su lucha se centran en dar visibilidad a la comunidad negra de lesbianas, gays, bisexuales, personas transgénero e intersexuales. Por eso sus imágenes presentan a mujeres negras, lesbianas, sudafricanas o de otros países, mujeres de toda índole social, y nos muestran una comunidad compuesta por una multiplicidad de identidades. Colocan en primer plano a las protagonistas de las fotografías, mujeres que lo hacen de forma voluntaria y que mantienen una relación de proximidad con la fotógrafa. Son participantes de la vida política, económica y social de sus países respectivos, que viven, que son, pero que, sin embargo, no forman parte de la historia oficial, como denuncia Zanele Muholi.
Las otras
Una de las mayores batallas de esta fotógrafa ha sido desafiar la hegemonía reescribiendo una historia visual que todavía sigue dominada por una visión etnocéntrica y patriarcal, y que continúa articulándose a través de un pensamiento heteromasculino, etiquetando por tanto a las lesbianas negras como “las otras”.
Esta lucha emprendida por Muholi en relación a la comunidad LGTBI hay que enmarcarla en la realidad que vive la sociedad sudafricana postapartheid a la que pertenece la artista. Una sociedad en mutación y transformación en la que una joven generación, a la que pertenece esta fotógrafa, lucha por subvertir el orden establecido y reclama nuevas formas de representación. Muholi, nacida en un township [asentamientos segregados para personas negras situados fuera de las ciudades o pueblos], de familia trabajadora, siempre ha luchado por vivir como una lesbiana negra en un país que ha pasado de la lucha violenta antiapartheid a la reconciliación con su opresor en la construcción de una transición democrática. Es en esta sociedad en la que ha ido creciendo la artista, lanzándose a la fotografía, realizando un curso en el Market Photo Workshop, una escuela fundada por David Goldblatt a finales de la década de 1980 y que nace en respuesta al apartheid, para formar a jóvenes fotógrafos que habían sido excluidos del ciclo tradicional de formación en aquel momento.
Activismo visual
El marco favorable que encuentra en la escuela la empuja a desarrollar su “activismo visual”, a adoptar la fotografía como un impulso, como un acto de militancia que alerta sobre la triple exclusión que soportan las lesbianas negras en Sudáfrica, que deben luchar contra el racismo, el sexismo y el patriarcado. Muholi denuncia, pero sobre todo, y de ahí la fuerza de sus fotografías, no coloca a estas mujeres como víctimas. Al contrario, presenta a cada una de ellas como sujetos plenos, realizando un importante trabajo de documentación, de archivo de la vida de esa multiplicidad de mujeres. Las retrata de forma individual, cada una posando, colocando su identidad diferenciada en primer plano y permitiendo, en última estancia, construir una nueva historia visual de Sudáfrica y del África contemporáneas, al poner en entredicho nociones tales como que la homosexualidad es una sexualidad no africana.
En el conjunto de África sigue persistiendo la idea de que la homosexualidad es una maldición traída por Occidente y muchos países continúan todavía persiguiéndola. En el caso de Sudáfrica, aunque la Constitución sudafricana de 1996, considerada como una de las más “avanzadas” de África, protege los derechos sexuales, todavía sigue privilegiando un tipo de orientación sexual hetero; mientras que en Occidente, obsesionados con la falsa idea de la “autenticidad africana”, ver el amor de dos mujeres negras entra en contradicción con el imaginario construido.
Pero su trabajo de registro, recopilando las historias de estas mujeres, reescribiendo sus propias experiencias, no se compone únicamente de sus luchas, no sin esfuerzo, sino también y fundamentalmente del amor presente en cada una de ellas. Así, nos abre su vida, comparte con nosotros sus momentos de felicidad y de complicidad, multiplicando los fragmentos de una historia que se escribe día a día.
Registro histórico
Los retratos íntimos de Muholi presentan el cuerpo negro femenino de una manera sincera e impactante, poniendo al descubierto la multiplicidad de identidades y sexualidades humanas. Sus trabajos Indawo Yami, Faces and Phases y Being, realizados entre 2006 y 2014 y dentro del que se encuentran las fotografías que acompañan este reportaje, recogen retratos en blanco y negro de la comunidad LGTBI de Sudáfrica y crea un registro histórico de una parte de la población que permanecía oculta. Su obra expone las contradicciones existentes entre las políticas de Estado sudafricanas progresistas respecto a la comunidad LGTBI y el contexto de agresión homofóbica que vive el país a diario.
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