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Amy Goodman

Periodista, investigadora, escritora... Ha demostrado que SÍ es posible la independencia de los medios de comunicación y ha dado voz a lxs excluídxs en los mass media. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.

Vandana Shiva

Doctora en física, filósofa, activista por la justícia global y la soberanía alimentaria... Ha demostrado que SÍ es posible la producción sostenible y plural de alimentos. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.

Tawakkul Karman

Periodista, política, activista por los Derechos Humanos... Ha demostrado que SÍ se puede luchar desde el pacifismo por la Revolución política, social y de género en Yemen. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.

Joumana Haddad

Poeta, traductora... Ha demostrado que SÍ se puede trabajar por la secularización de la sociedad, la libertad sexual y los derechos de las mujeres en Líbano. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.

Leymah Gbowee

Trabajadora social, responsable del movimiento que pacificó su país en 2003... Ha demostrado que SÍ es posible la Paz en Liberia y que las mujeres son sus constructoras. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.

Ada Colau

Filósofa de formación y miembra visible de la PAH... Ha demostrado que SÍ es posible hacer frente a la ilegitimidad de las leyes movilizando a la sociedad pacíficamente. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.

Marama Davidson

Activista por los derechos del pueblo maorí... Ha demostrado que SÍ es posible identificarse con la idea universal de la descolonización del Planeta. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.

Teresa Forcades

Doctora en salud pública, teóloga... Ha demostrado que SÍ es posible un discurso humanista, feminista y combativo por la justícia social dentro de la Iglesia Católica. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.

Sheelah McLean, Nina Wilson, Sylvia McAdam y Jessica Gordon

Fundadoras del movimiento Idle No More... Han demostrado que SÍ es posible mobilizar a la sociedad en defensa de los derechos de los pueblos autóctonos en Canadá. SIN ELLAS NO SE MUEVE EL MUNDO.

25 de noviembre de 2015

Boko Haram: una guerra contra ellas

Boko Haram, la milicia islamista que tiene su base en el noreste de Nigeria, desde hace siete años siembra el terror y ha ocasionado alrededor de 17.000 muertos y 2,5 millones de desplazados. Su nombre deja bien a las claras sus intenciones, Boko Haram significa en lengua hausa que la educación occidental está prohibida, y para lograrlo aplican los más brutales métodos, con una fijación especial por los secuestros de niñas.
Judith Prat ha realizado un documental de imágenes y voces, “Boko Haram, una guerra contra ellas”, que es el fruto de sus visitas a la zona en conflicto y de haber convivido con algunas de las 700 mujeres y niñas que el pasado mes de abril fueron rescatadas por el Ejército en el bosque Sambisa, el territorio donde se esconde la guerrilla. Tras su prolongado secuestro, más de doscientas estaban embarazadas y otras habían tenido hijos, después de haber sido violadas y, en algunos casos, obligadas a casarse con miembros de la milicia.
La fotógrafa Judith Prat tiene un largo curriculum de trabajos relacionados con las más graves situaciones de vulneración de derechos humanos, movida, como ella misma cuenta: “por mi interés en contar lo que ocurre, por sacar a la luz realidades que en ocasiones no son visibles, por plasmar en imágenes pequeñas historias de personas anónimas que en realidad están contando cómo es el mundo en el que vivimos”. Entre su obra fotográfica destacan sus trabajos sobre la vida en las cárceles de Panamá, las consecuencias de la crisis para los inmigrantes que viven en nuestro país, las condiciones de esclavitud de los trabajadores de las minas de Coltán en el Congo o la vida cotidiana de los refugiados sirios.
Texto publicado en la web Be Sincro!

13 de noviembre de 2015

Mujeres saharauis: la lucha que continúa


Fotografía de Laura Toledo Daudén.
Artículo de Zahra Ramdán, fundadora y presidenta de la Asociación de Mujeres Saharauis en España, publicado en la revista PUEBLOS
El 31 de octubre de 1975, el ejército marroquí invadió y ocupó por la fuerza de las armas el Sáhara Occidental, obligando a su pueblo a enfrentarse a una gran injusticia que hoy, cuarenta años después, continúa tratando de silenciar a pesar de la flagrante violación de la legalidad internacional. Las mujeres saharauis, incorporadas desde el inicio a la lucha por la libertad y la justicia para su pueblo, siguen activas y convencidas de que son parte indivisible de ese gran movimiento a nivel mundial que lucha por la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres y por la construcción de un mundo más justo y más democrático.

Los bombardeos a principios de 1976 de la aviación marroquí con fósforo blanco y napalm de los civiles saharauis que huían de sus ciudades y aldeas provocaron el éxodo de la población y que ésta se refugiase en el desierto, en los campamentos.
La ocupación provoca cierta similitud con la primera etapa del pueblo saharaui, nómada, en lo que respecta la ausencia de los varones. En este caso, ellos se encuentran en el conflicto bélico, y su ausencia facilita de nuevo la ocupación de los espacios por las mujeres. La vida en los campamentos está subordinada a la organización y supervisión de las mujeres, que se han hecho cargo en un porcentaje muy elevado del poder local y familiar y son parte importante de profesiones anteriormente reservadas a los hombres.
Muchos observadores y analistas internacionales coinciden en que la participación directa de las mujeres saharauis por lograr sus legítimos derechos a la libertad y a la independencia es uno de los grandes símbolos de la resistencia de este pueblo.
La ONU y Marruecos
Tras dieciséis años de guerra, la Organización de Naciones Unidas (ONU) convenció en 1991 al entonces rey de Marruecos, Hassan II, de que aceptara que el pueblo saharaui ejerciese su derecho legítimo a la autodeterminación mediante un referéndum supervisado por la propia ONU y la Unión Africana. Así, se creó la Misión de Naciones Unidas para el referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO).
La política intransigente del gobierno de Marruecos es el principal obstáculo para la implementación del proceso de descolonización del último vestigio colonial en África. Marruecos obstaculiza de manera continuada los esfuerzos que lleva a cabo el enviado personal del secretario general de la ONU, el diplomático estadounidense Christopher Ross.
Nuevo ciclo para las mujeres
En esta etapa histórica del Sáhara Occidental se abre un ciclo diferente para las mujeres saharauis. Terminado el proceso bélico, se produce el retorno de los hombres a los campamentos de refugiados, lo que provoca que mujeres y hombres tengan que compartir de nuevo los mismos espacios.
Las mujeres saharauis demuestran ser firmes defensoras de la autodeterminación de su pueblo y de la creación de un Estado que no merme sus conquistas sociales.
La experiencia de las organizaciones de mujeres en situaciones de conflictos en otros países confirma que los procesos de desmovilización tienden a producir un retroceso en las posiciones logradas por las mujeres. Las personas que han acudido a los campamentos en los años de la guerra (1975-1991), en calidad de observadoras internacionales o visitantes, y que han regresado posteriormente, coinciden en que las mujeres saharauis no han sido ni son una excepción en este sentido.
Pese a esto, las mujeres saharauis gozan de un status jurídico y político muy avanzado con respecto a otros países con condiciones económicas y sociales similares, así como con respectoa otros países de religión islámica, puesto que participan activamente en las esferas administrativa y política. En este sentido, son un ejemplo vivo de que la cultura donde se desarrolla una religión es tan importante como la religión misma. El Islam se entiende como se concibió esencialmente en su origen, sin discriminaciones entre sexos, no contaminada por otras interpretaciones culturales.
Mujeres organizadas
A principios de 2004 se fundó la Asociación de Mujeres Saharauis en España (AMSE), formada por mujeres procedentes de las ciudades ocupadas, de las zonas liberadas y de los campamentos de refugiados y refugiadas. Durante todo este tiempo, AMSE ha llevado a cabo un importante trabajo de sensibilización acerca de la situación del pueblo saharaui, destacando especialmente el protagonismo de las mujeres como ejemplo de emancipación y empoderamiento dentro del mundo árabe y musulmán.
El VII Congreso de la UNMS se celebró entre el 3 y el 5 de abril de 2015 en la Wilaya de Smara, campamento de personas refugiadas saharauis de Tindouf (Argelia), con la participación de delegaciones extranjeras que llegaron de los continentes. Fotografía: Isabel Uria Serrano de la Asociación de Amigxs de la RASD de Bizkaia.
El VII Congreso de la UNMS se celebró entre el 3 y el 5 de abril de 2015 en la Wilaya de Smara, campamento de personas refugiadas saharauis de Tindouf (Argelia), con la participación de delegaciones extranjeras que llegaron de los cinco continentes. Fotografía: Isabel Uria Serrano de la Asociación de Amigxs de la RASD de Bizkaia.
Se han organizado multitud de charlas, conferencias, coloquios, exposiciones fotográficas y actividades de carácter cultural, y se ha publicado abundante material de difusión y sensibilización. Se ha procurado trabajar de manera coordinada con las redes de solidaridad de cada lugar, así como con grupos internacionales.
Uno de los principales objetivos de AMSE ha sido y sigue siendo hacer frente al bloqueo informativo impuesto sobre la lucha del pueblo saharaui, visibilizando siempre a las mujeres como elementos fundamentales en la transformación de la sociedad. Trabajamos para desenmascarar las maniobras y artimañas del régimen ocupante marroquí, que no ha escatimado esfuerzo alguno para confundir a la opinión pública internacional acerca de su presencia colonial en nuestro país.
Futuro incierto
La pasividad de la comunidad internacional, la ambigüedad, la complicidad de ciertos gobiernos occidentales y su insensibilidad ante la continua vulneración de los derechos humanos animan al gobierno de Marruecos a proseguir en su intransigencia, no aplicando las resoluciones de las Naciones Unidas y poniendo condiciones previas e inaceptables a las diferentes rondas de negociaciones.
Después de más de dos décadas del histórico alto el fuego y ante la imposibilidad de la aplicación del Plan de Paz debido a los grandes impedimentos ejercidos por Marruecos, la paciencia del pueblo saharaui se agota. Lo que está en peligro es la resolución pacífica del conflicto. Nadie quiere que esto suceda, pero tampoco nadie podrá hacerle responsable de lo que sería una tragedia anunciada, tras más de veinticuatro años de espera pacífica y confianza en las negociaciones auspiciadas por Naciones Unidas.