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Amy Goodman

Periodista, investigadora, escritora... Ha demostrado que SÍ es posible la independencia de los medios de comunicación y ha dado voz a lxs excluídxs en los mass media. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.

Vandana Shiva

Doctora en física, filósofa, activista por la justícia global y la soberanía alimentaria... Ha demostrado que SÍ es posible la producción sostenible y plural de alimentos. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.

Tawakkul Karman

Periodista, política, activista por los Derechos Humanos... Ha demostrado que SÍ se puede luchar desde el pacifismo por la Revolución política, social y de género en Yemen. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.

Joumana Haddad

Poeta, traductora... Ha demostrado que SÍ se puede trabajar por la secularización de la sociedad, la libertad sexual y los derechos de las mujeres en Líbano. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.

Leymah Gbowee

Trabajadora social, responsable del movimiento que pacificó su país en 2003... Ha demostrado que SÍ es posible la Paz en Liberia y que las mujeres son sus constructoras. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.

Ada Colau

Filósofa de formación y miembra visible de la PAH... Ha demostrado que SÍ es posible hacer frente a la ilegitimidad de las leyes movilizando a la sociedad pacíficamente. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.

Marama Davidson

Activista por los derechos del pueblo maorí... Ha demostrado que SÍ es posible identificarse con la idea universal de la descolonización del Planeta. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.

Teresa Forcades

Doctora en salud pública, teóloga... Ha demostrado que SÍ es posible un discurso humanista, feminista y combativo por la justícia social dentro de la Iglesia Católica. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.

Sheelah McLean, Nina Wilson, Sylvia McAdam y Jessica Gordon

Fundadoras del movimiento Idle No More... Han demostrado que SÍ es posible mobilizar a la sociedad en defensa de los derechos de los pueblos autóctonos en Canadá. SIN ELLAS NO SE MUEVE EL MUNDO.

12 de diciembre de 2013

La violencia contra las mujeres como arma estratégica del poder en la guerra social

Artículo publicado en PERIODISMO HUMANO traducido por Fátima Fafatale

La violencia contra las mujeres a menudo ha sido utilizada como un arma de guerra, con la intención de castigarlas, humillarlas y deshumanizarlas, pero sobre todo, con la intención de reprimir y destruir por todos los medios posibles el grupo al que pertenecen.

En los conflictos armados, esta violencia ha sido durante mucho tiempo asimilada a un signo de dominación más que a una herramienta de destrucción.

Sabemos también que en tiempos de paz, las violencias contra las mujeres pasan sobre todo por ser actos individuales de hombres violentos, y no por armas de destrucción “estratégicas”.

Y bien, ¿Qué diríais si en la situación de crisis exacerbada que sacude Grecia, la violencia contra las mujeres se estuviera convirtiendo en un arma en manos del poder?

En efecto, en los últimos tiempos, los casos de tal violencia se multiplican en Grecia. Es el ejemplo de cuatro manifestaciones emblemáticas:

La primera y ¿más reciente? ha tenido lugar a principios de noviembre de 2013 ante las cámaras, prácticamente en directo, cuando las fuerzas especiales de la policía griega (MAT), quisieron impedir a dos diputadas entrar en el edificio de la Radiotelevisión Pública (ERT), que acababa de ser ocupado por la policía, y las acorralaron contra el portón de entrada de hierro forjado. Las dos diputadas de la oposición parlamentaria, Zoe Konstandopoulou, de Syriza, y Rachel Makris, del partido ‘Griegos Independientes’, fueron muy maltratadas. Especialmente Zoe Konstandopoulou, que fue conscientemente asfixiada y estuvo a punto de morir, ha demandado a sus agresores por intento de asesinato. Y todo esto, porque las dos diputadas querían simplemente ejercer su derecho constitucional de entrar en la Radiotelevisión Pública para impedir el montaje policial (destrucción de material, etc.) que tenía como objetivo ¿ir contra? la lucha de los trabajadores.


La continuación de este suceso es muy elocuente y viene a confirmar nuestra tesis. Al día siguiente, el gran periódico pro-gubernamental ‘TA NEA’, lanzaba una violenta campaña ultra-sexista contra las dos diputadas, publicando una viñeta en portada que presentaba a las dos diputadas… haciendo striptease bailando en una barra ante un público de clientes masculinos habituales de este tipo de locales (ver viñeta). En la leyenda del “dibujo” se podía leer este supuesto intercambio entre dos clientes: “A la derecha está Raquel y a la izquierda Zoe. ¿Y es que ellas hacen también otra cosa? He oído que también emprenden acciones legales. Pero mejor vamos a preguntar al chico”…

La segunda ha dado lugar a un auténtico linchamiento público, acrecentado por las cadenas de televisión, de mujeres seropositivas, algunas de ellas prostitutas. En plena campaña electoral, dos ministros socialdemócratas, tristemente célebres por su papel en la represión salvaje de las manifestaciones contra la Troika y el desmantelamiento del sistema de Sanidad, animaron a la población a denunciar para detener a las que, según los ministros, “constituyen una bomba de relojería sanitaria”, “contaminan a la sociedad con enfermedades contagiosas” y matan de sida a “los padres de familia griegos”.

La tercera manifestación de esta violencia ha tenido como víctimas a las decenas y decenas de mujeres -¡incluso abuelas!- de los alrededores de Skouries, en el norte de Grecia, que se oponen a la sociedad canadiense Eldorado y su proyecto de extracción de oro de la región. Desde hace meses, las fuerzas especiales de la policía, por órdenes directas de su ministro, hacen de las mujeres de los pueblos de los alrededores el blanco prioritario de una represión feroz y en masa que ya ha desembocado en el encarcelamiento de algunas de ellas y en la acusación por… crímenes de aún más (ver las fotos). No es casualidad que esta campaña de represión sin precedentes enmarcada en la imposición del estado de excepción en una región habitada por pacífica/os campesina/os se pretende -a decir de sus responsables- que sea ejemplar con la intención de prevenir la multiplicación de estos actos de “desobediencia civil”. Y evidentemente, no es casualidad que esta “represión ejemplar” se ejerza prioritariamente contra las mujeres de esta población local a la que ha hecho destruir cueste lo que cueste.


Y la cuarta manifestación, el episodio tristemente célebre del diputado del partido neonazi Kassidiaris, que golpeó “en directo” a dos diputadas de izquierda durante una emisión transmitida durante la campaña electoral de la pasada primavera. Este acto de violencia, en lugar de suscitar la indignación y la reprobación, suscitó por el contrario una gran ola de simpatía popular y contribuyó al éxito electoral de Amanecer Dorado.

¿Qué está pasando?

Pensamos que se trata de un nuevo mal que empieza a aparecer. Esta violencia nos lleva a pensar en las violencias exacerbadas contra las mujeres en las guerras étnicas. La violación de mujeres por parte de hombres del bando contrario muy a menudo debe analizarse no como el efecto de un deseo masculino “incontrolable”, sino como parte de una estrategia de conflicto, de combate, en la que las mujeres representan biológica y simbólicamente la integridad de la etnia o de la nación a combatir. Y que hay que destruir. En nuestro caso, es evidente que no estamos en presencia de  una violencia nacionalista con motivo de una limpieza étnica. Estamos en presencia de un conflicto de una naturaleza diferente, de otra guerra, de una guerra social, ¡de una lucha de clases!

En suma, humillar a las dos diputadas identificándolas con bailarinas de stripteaseno significa solamente que dedicarse a la política es ante todo un derecho de los hombres y no de las mujeres. Significa, más vulgarmente, que el papel que ¿se le deja? a la mujer es ante todo estar siempre disponible para ser ¿follada?, poseída y gobernada por los machos.

Igualmente, lapidar a las mujeres seropositivas, criminalizarlas, satanizar su sexualidad, presentarla como una “amenaza” para la ley y el orden que debe reinar en nuestras sociedades, esta amenaza se parece a la que siempre han representado las “clases” que estos señores llaman desde hace casi dos siglos “peligrosas”. Mismo lenguaje, misma  demonización y misma represión…

Así pues, hacer de la misoginia, el odio contra las mujeres, la violencia contra las mujeres y sus derechos un arma de guerra no debería extrañar en la medida en que todas las políticas de quienes mandan en estos tiempos de la Troika triunfante apuntan también a hacernos volver a los peores momentos del capitalismo más salvaje y bárbaro del siglo XIX. Exactamente a una época durante la cual las mujeres no tenían prácticamente ningún derecho…

El hecho de que asistamos a la puesta en marcha de un auténtico ataque frontal, de una verdadera guerra de dimensiones históricas contra la inmensa mayoría de la/os ciudadana/os  (asalariada/os, pobres, parada/os, pensionistas, jóvenes, “diferentes”, inmigrantes, minorías…) debería explicar esta transformación de la violencia contra las mujeres en una verdadera arma que poder y pudientes utilizan en masa y cada vez más frecuentemente. Como en los casos de violaciones en masa que sirven a los limpiadores étnicos para hundir la moral del pueblo víctima y someterle definitivamente, la violencia contra las mujeres ejercida por poder y pudientes en tiempos de guerra social tiene en la actualidad exactamente los mismos objetivos: hundir la moral, romper el tejido social para someter no solamente a las mujeres -que son evidentemente el primer objetivo- sino a todas las víctimas, hombres incluidos, de sus políticas inhumanas y neoliberales.

1 de diciembre de 2013

Pelo bueno, pelo malo

55,000 salones de belleza femenina han hecho de esta pequeña empresa la segunda más numerosa de la República Dominicana, después de los colmados, que se cifran en 65.000. La obsesión por desrizarse el cabello ha llevado a las dominicanas a invertir entre un 10 y un 12% de sus ingresos mensuales en la transformación de su "pelo malo" en "pelo bueno".
Miguel Parra Jiménez, el autor del documetal que reproducimos a continuación, pone de manifiesto las implicaciones raciales y las imposiciones estéticas que originan esta transformación de la imagen femenina -también de algunos hombres- en un país en el que la mayoría de imágenes publicitarias son de mujeres blancas y en el que existe una necesidad de diferenciarse de sus vecinas haitianas, convirtiendo el pelo liso en una prueba de higiene.
La administradora del blog

Te invitamos a ver PELO MALO, PELO BUENO

 

Entrevista publicada en EL TIEMPO.COM:

Uno de los miles de salones de belleza del país -punto de encuentro cotidiano de las mujeres dominicanas- es el escenario principal de este documental, donde varias jóvenes explican la importancia que tiene en el país caribeño tener el "pelo bueno" (liso), frente al "pelo malo" (rizado).

Con motivo del estreno del documental, su autor explicó algunos aspectos del trabajo, en el que se pone de manifiesto el peso que tiene entre las dominicanas la imagen de la mujer blanca de pelo liso como patrón femenino.

"Si paseas por las calles y carreteras de todo el país, el 90 por ciento de las mujeres que aparecen en los carteles publicitarios son blancas de 'pelo bueno'. Lo mismo ocurre con los anuncios insertados en la prensa", dijo Parra.

Y es que, añadió, "la imagen de la mujer blanca con el pelo lacio está vinculada a la idea de desarrollo, y si revisas cualquier suplemento social de los principales periódicos, es la piel blanca la que domina en las fotografías".

"Sí, creo que esa es la imagen que se quiere proyectar de la mujer dominicana", sentenció el realizador.

La mayoría de las dominicanas van una o dos veces a la semana al salón, donde les lavan el cabello, les aplican tratamiento, se lo peinan y, cada cuatro o cinco sesiones, además, se lo alisan.

Por todo el país es frecuente ver mujeres con redecillas o con 'rolos' (rulos) por todas partes: en las calles, en los supermercados e incluso en las iglesias.

En opinión de Parra, tras esta práctica existe la intención, "al menos, de esquivar la identidad propia, de querer ser en menor medida lo que se es".

El realizador precisó que "seguramente ningún dominicano tiene delirios a lo Michael Jackson, quizá el paradigma de negación racial, pero como dice una de las participantes en la cinta, 'a nosotras Dios nos premió con el cuerpo, a ustedes (en referencia a las personas de origen europeo y estadounidense) con el pelo'".

No está bien visto tener el pelo rizado, y en muchos ambientes se critica a aquellas que se resisten a alisárselo, como revela el testimonio de una de las mujeres que aparecen en esta filmación, quien relata el 'calvario' que ha supuesto para ella tener que aguantar todo tipo de críticas por conservar su "pelo malo".

A las que no se lo alisan, sus amigas y allegadas les preguntan si tienen problemas económicos o si tienen alguna enfermedad, y lo que es peor, se las considera antihigiénicas, y a las que llevan trenzas se les tilda de mujeres de la calle.
Parra entiende que la película refleja, por otra parte, la existencia de "una necesidad de desmarcarse del vecino Haití, con el que, históricamente, las relaciones son inestables, aunque estén geográfica, económica y socialmente condenados a entenderse".

"En el documental una chica afirma: 'yo tengo el pelo bueno, yo no soy de esa raza', mientras que otra habla de las 'mujeres de nuestro vecino país, de Haití', marcando una cierta distancia", explicó el realizador.

Por otro lado, agregó, 'Pelo bueno, pelo malo' también habla de la esclavitud de la belleza, un tema más universal, algo que antes parecía circunscribirse a las mujeres, pero que cada día más lo sufren también los hombres".

La idea de filmar 'Pelo bueno, pelo malo' surgió en 2004, cuando la productora asociada del documental, Natalia Alonso, y Miguel Expósito, coguionista del trabajo junto a Parra y Simone Bandle-Enslin, hablaron al realizador de esta particularidad dominicana.

"Nos sorprendió cómo mujeres con pocos ingresos no dejaban de ir al salón de belleza para 'desrizarse'", y ese fue el punto de arranque del trabajo, explicó Parra.

El documental, al que sus autores han querido imprimir una fuerte carga testimonial, por lo que no hay narrador, fue estrenado a principios de este mes en Santo Domingo y podría proyectarse de nuevo en el certamen 'Eurocine', que se celebrará en la capital dominicana en las próximas semanas. 


Fuente fotografía: http://rizosperfectos.blogspot.com.es/2010/06/pelo-bueno-vs-pelo-malo.html