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Amy Goodman

Periodista, investigadora, escritora... Ha demostrado que SÍ es posible la independencia de los medios de comunicación y ha dado voz a lxs excluídxs en los mass media. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.

Vandana Shiva

Doctora en física, filósofa, activista por la justícia global y la soberanía alimentaria... Ha demostrado que SÍ es posible la producción sostenible y plural de alimentos. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.

Tawakkul Karman

Periodista, política, activista por los Derechos Humanos... Ha demostrado que SÍ se puede luchar desde el pacifismo por la Revolución política, social y de género en Yemen. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.

Joumana Haddad

Poeta, traductora... Ha demostrado que SÍ se puede trabajar por la secularización de la sociedad, la libertad sexual y los derechos de las mujeres en Líbano. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.

Leymah Gbowee

Trabajadora social, responsable del movimiento que pacificó su país en 2003... Ha demostrado que SÍ es posible la Paz en Liberia y que las mujeres son sus constructoras. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.

Ada Colau

Filósofa de formación y miembra visible de la PAH... Ha demostrado que SÍ es posible hacer frente a la ilegitimidad de las leyes movilizando a la sociedad pacíficamente. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.

Marama Davidson

Activista por los derechos del pueblo maorí... Ha demostrado que SÍ es posible identificarse con la idea universal de la descolonización del Planeta. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.

Teresa Forcades

Doctora en salud pública, teóloga... Ha demostrado que SÍ es posible un discurso humanista, feminista y combativo por la justícia social dentro de la Iglesia Católica. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.

Sheelah McLean, Nina Wilson, Sylvia McAdam y Jessica Gordon

Fundadoras del movimiento Idle No More... Han demostrado que SÍ es posible mobilizar a la sociedad en defensa de los derechos de los pueblos autóctonos en Canadá. SIN ELLAS NO SE MUEVE EL MUNDO.

29 de abril de 2013

La Justicia incumple la Ley de Igualdad

Lo dice La ley de Igualdad. Lo dice el Plan de Igualdad de la Carrera Judicial. Lo sugiere la Constitución. Pero no se cumple. La Justicia es uno de los estamentos que peor incorpora los criterios de igualdad: ni el Tribunal Constitucional, ni el Supremo, ni la Audiencia Nacional, ni las provinciales, ni el Juzgado de lo Mercantil llegan al mínimo de 40% de mujeres entre sus magistrados.

En cualquier administración del Estado, en cualquier organismo público, los órganos colegiados deben tener un equilibrio entre hombres y mujeres. Dice la ley que eso supone que "las personas de cada sexo no superen el sesenta por ciento ni sean menos del cuarenta por ciento". Este espíritu está reforzado por el  Plan de Igualdad de la Carrera Judicial, que tiene por objetivo "promover la remoción del déficit de presencia equilibrada de mujeres" específicamente en el ámbito judicial.

COMPOSICIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

El Tribunal Constitucional está integrado por 12 Magistrados, de los que tan solo dos son mujeres (16,7%); y, desde que se fundó este órgano constitucional, de 54 Magistrados que han pasado por el Tribunal desde 1980, tan solo 5 han sido mujeres. Un 9,25%. 
 
La ley establece que ese equilibrio entre hombres y mujeres no se puede romper "salvo por razones fundadas y objetivas, debidamente motivadas”. En el caso del Constitucional, esa razón no puede ser la de que haya ausencia de mujeres que reunan las condiciones para ser elegidas. Los miembros del Tribunal Constitucional son "nombrados entre Magistrados y Fiscales, Profesores de Universidad, funcionarios públicos y Abogados, todos ellos juristas de reconocida competencia con más de quince años de ejercicio profesional", tal y como establece el artículo 159.2 de la Constitución Española. En la actualidad hay más de 2.000 magistradas en activo, con una antigüedad media en la carrera de 16,22 años.   
 
El primer artículo de la Constitución establece la igualdad como uno de los "valores superiores de ordenamiento jurídico", pero dicha norma no ha sido aplicada de forma efectiva al propio tribunal. La presencia equilibrada exigiría el nombramiento de al menos tres magistradas más, para alcanzar una proporción 7-5 y paliar así el desequilibrio histórico en esta institución. Durante el mes de julio, el Gobierno nombrará 2 de los 4 nuevos magistrados.

El desequilibrio está también presente en otras instituciones jurídicas

Según los datos de la última promoción, 250 mujeres aprobaron el ingreso en la carrera judicial por turno libre. Esta cifra las coloca en amplia mayoría (67,57%) frente al porcentaje de hombres que superaron la prueba (32,43%). El acceso a la carrera judicial por concurso-oposición de juristas de reconocida competencia se encuentra más equilibrada, aunque las mujeres siguen predominando, con un 55,98% sobre el total de los aprobados.
 
A la luz de los datos del  informe sobre la estructura de la Carrera Judicial de enero de 2013, hay 5.036 jueces y magistrados en activo. De estos, el 50,1% son mujeres, pero la mayoría de ellas ejerce sus funciones en el escalón más bajo, el de jueces.
 
Esto por abajo. Por arriba, los principales órganos como el Tribunal Supremo están colmados de hombres, donde la representación de las mujeres es de tan solo un 10,1%. La Audiencia Nacional (34,4%) tampoco llega al mínimo que exige la Ley de Igualdad para garantizar la composición equililbrada. Lo mismo ocurre con otros órganos como el Tribunal Superior de Justicia (35,5%), la Audiencia Provincial (33,5%) y el Juzgado de lo Mercantil (29,7%). Cabe destacar el Juzgado Decano Exclusivo, donde todos los jueces y magistrados que lo componen son hombres y la representación femenina es nula.
 
Entre los Fiscales, existe un mayor equilibrio en el caso del Consejo Fiscal, al estar compuesto por seis fiscales mujeres y seis hombres. No ocurre lo mismo, sin embargo, con la Junta de Fiscales de Sala, compuesto por 29 fiscales, de los que tan solo siete son mujeres (24%). La Junta de Fiscales Superiores de las Comunidades Autónomas dista también mucho de alcanzar la composición equilibrada, ya que la presencia solo alcanza el 12,5% del total.

¿Y si comparamos los datos con los de Europa?

En términos comparativos, las cifras no son mucho más alentadoras. España se sitúa en el puesto 35 en una clasificaición de 39 países que elabora el Consejo de Europa. Tan solo por delante de cuatro países con atención a la igualidad en el ámbito de la justicia: Chipre, Portugal, Italia y Armenia. 
 
JUECES EN TRIBUNALES SUPERIORES DE PAISES EUROPEOS POR GÉNERO
Notícia publicada en EL DIARIO.ES

28 de abril de 2013

El acaparamiento de tierras empobrece a las mujeres africanas

Una mujer que perdió parte de sus tierras a manos de una gran empresa muestra a los investigadores de Oxfam algunos de los vegetales que cultiva en el terreno que le quedó para suplir las necesidades de su familia. (Oxfam/Marc Wegerif)

La nueva oleada de inversiones empresariales en tierras parece tener como objetivo la expansión e intensificación de un modelo de cultivo con poca visión de futuro, el cual, hasta la fecha, ha marginado las voces y los intereses de las mujeres. Al igual que ocurre con la pita, el tabaco y el té en el pasado, los actuales inversores privados en cultivos de soja, jatrofa y eucalipto parecen descartar la producción de alimentos a pequeña escala por parte de las mujeres, al considerarla sin importancia e irrelevante. No podrían estar más equivocados.

La producción de alimentos a pequeña escala y las mujeres que participan en ella son el pilar de los medios de vida rurales. Las mujeres agricultoras, como las que han perdido sus tierras según se pudo comprobar con la investigación llevada a cabo para este documento, producen más de la mitad de todos los alimentos cultivados en el mundo. Aproximadamente 1.600 millones de mujeres dependen de la agricultura para sus medios de vida, pero muchas están actualmente en riesgo por el enorme incremento de las inversiones agrícolas a gran escala por parte de empresas, que amenazan el suministro de alimentos de las personas que viven en la pobreza.

Pocos gobiernos parecen estar considerando el tipo de inversiones que pueden suplir las verdaderas necesidades de las mujeres productoras de alimentos y sus comunidades; es decir, la clase de inversiones que podrían crear una economía rural dinámica y asegurar la sostenibilidad ecológica de las prácticas de cultivo para las generaciones futuras. Si los gobiernos quieren transformar verdaderamente las economías rurales de sus países, las inversiones que incentiven y aprueben deberían permitir que los agricultores puedan buscar sus propias soluciones para el desarrollo rural.

Se están arrebatando los recursos a las mujeres
"Ahora no tengo tierra y tengo que hacer pequeños trabajos como lavar ropa para otras personas, como profesores, o trabajar en [otra] granja, para poder conseguir algo de comida. Hoy he trabajado en la granja de la empresa y me dieron harina de maíz suficiente solo para dos ollas de [atole]."
Cuando se intensifica la competencia por la tierra, las mujeres rurales suelen ser sometidas a una presión hacia su exclusión por parte de los parientes o miembros de la comunidad masculinos. En efecto, en cuanto un recurso natural adquiere valor comercial en el mercado de materias primas internacionales, el control de las decisiones sobre dicho recurso pasa rápidamente de las mujeres rurales a los hombres.

Cuando se aplican medidas compensatorias, las mujeres rurales tienen menos probabilidades de ser las destinatarias directas; de todos modos, la compensación económica solo tiene un efecto temporal y no puede reemplazar las muchas formas en que las mujeres valoran y se benefician de la tierra.

No se escucha a las mujeres

La exclusión de las mujeres rurales del acceso a la tierra no sólo ocasiona la pérdida de su control sobre la producción de alimentos, sino que también se pierden el conocimiento, las prácticas y las técnicas que, durante siglos, han salvaguardado la integridad de la tierra, las semillas y el suelo, así como el valor nutricional de los alimentos. Cuando un inversor externo consulta con la comunidad local, es más probable que les digan a las mujeres lo que sucederá en lugar de preguntarles lo que debería pasar. Incluso en algunos movimientos indígenas y asociaciones de agricultores, las mujeres raramente tienen una influencia real. Los sistemas emergentes de financiación del cambio climático y la apreciación del carbono forestal legitimizan y valoran la producción a gran escala, en detrimento de las mujeres y sus sistemas de valores.

Las mujeres luchan por sobrevivir
"Necesitamos desesperadamente alimentos. Actualmente los alimentos vienen de la ciudad y se venden en la aldea, y no al contrario, como ocurría antes. No podríamos permitirnos comprar comida porque los sueldos que nos pagan son muy bajos. No producimos nuestra propia comida como antes, porque las empresas extranjeras nos han quitado nuestra tierra bajo la política de privatización para producir granjas de combustible."
Cuando las mujeres pierden acceso a la tierra donde producen alimentos, se ven obligadas a conseguir dinero para comprar comida, al tiempo que los precios aumentan. Las mujeres que enfrentan estos múltiples retos suelen comer menos, lo que compromete su salud, y sacrifican otras necesidades para alimentar a sus familias. Lo mismo ocurre con el agua, cuando los monocultivos intensivos agotan la capa freática o el vallado de los terrenos aísla a las personas de las fuentes del agua. Las mujeres tienen que comprar entonces un recurso natural que anteriormente no les costaba nada. Las mujeres, tanto jóvenes como mayores, son llevadas a situaciones más comprometedoras, humillantes y arriesgadas, incluyendo actividades ilegales y matrimonios prematuros.

Mientras las necesidades más básicas deben adquirirse en vez de producirse, las actividades y oportunidades para generar dinero son cada vez más escasas. Las mujeres tienen dificultades para conseguir trabajo con contrato o empleo estacional y, cuando lo logran, suele ser para las tareas peor pagadas y de más baja categoría. Además, la poca o inexistente infraestructura bancaria rural significa que las mujeres no pueden ahorrar u obtener crédito a partir de ganancias, por lo que están a merced de los prestamistas en las épocas difíciles.

Informe completo [pdf]

Artículo publicado en PERIODISMO HUMANO

15 de abril de 2013

Explorar la clandestinidad en clave de género: mujeres hacker

LelaCodres -fotografía: lorenz slaider-
Ellen Spertus redactó en 1991 un estudio en el que examinaba lo que disuadía a las mujeres de realizar una carrera en un campo técnico, y concretamente en informática. Su reflexión fue pionera en analizar por qué las bio-mujeres, quienes se habían introducido con fuerza en las carreras de informática, llegando a representar en 1984 el 37% de las licenciadas en informática en EE UU, emprendieron a partir de esa fecha un éxodo fuera de ellas. Algunos de los factores explicativos incluyen las diferentes maneras en que los niños y niñas son educados, los estereotipos y los prejuicios sutiles a los cuales se enfrentan las ingenieras, los problemas derivados de trabajar en ambientes predominantemente masculinos, los sesgos sexistas empleados en el lenguaje o las conductas subconscientes discriminatorias que tienden a perpetuar el statu quo.

La participación de las mujeres en carreras universitarias de informática, así como en profesiones relacionadas con las industrias de investigación y desarrollo de las tecnologías de información y comunicación, ha sido y sigue siendo estudiada intensivamente. La alianza de las motivaciones asociadas a la búsqueda de justicia social, igualdad de oportunidades laborales, así como la disminución de los costes sociales y oportunidades perdidas, se constituyen como potentes activadores para este campo de investigación. En comparación, la literatura existente se reduce drásticamente cuando abordamos el caso de la participación de las mujeres en las comunidades de software libre y se hace casi inexistente cuando se hace referencia a las culturas hacker, así como a modelos de acceso y participación enmarcados dentro de procesos de aprendizaje informales fuera de la universidad y/o el trabajo remunerado, por ejemplo en contextos voluntarios como proyectos activistas.

El estudio de mujeres hackers ha estado marcado desde finales de los ‘90 por la afirmación de la cyberfeminista Cornelia Solfrank (Old Boys Network) de que “en realidad no había mujeres hackers”. No obstante, ellas sí que estaban, aunque bastante escondidas. Como nos dijo una de las entrevistadas en la investigación Lelacoders, “si no puedes encontrar una oveja negra y tienes una mente científica entonces no puedes afirmar que no existen las ovejas negras, es sólo que aún no has encontrado alguna”. Esa relativa invisibilidad ha contribuido a transformarlas en mitos mezclando hechos reales con proyecciones imaginarias.

Desde la génesis de la cultura cyberpunk en los años ‘80 existen fantasías acerca de mujeres hackers listas, duras y con una sexualidad activa y plenamente asumida. El referente más actual sería Lisbeth Salander, personaje central de la trilogía negra Millenium, quien se inspira también en referencias previas como la Kate Libby de la pelicula Hackers, o las hackers lesbianas descritas por Melissa Scott y las protagonistas rebeldes de la trilogía Geek Mafia de Rick Dakan. Para el análisis de la realidad sólo necesitamos leer algunas de las biblias de la cultura hacker como 2600, a Hacker Oddisey o The Art of Intrusion de Kevin Mitnik, para ver cómo algunos de los hackeos descritos han sido realizados por mujeres. Si nos ceñimos a la lógica hacker, quedarse en la sombra y en el anonimato se constituyen como una protección en contra de posibles acciones criminalizadoras, parece por lo tanto lógico que las mujeres hackers hayan elegido no exponerse.

Las participantes de nuestra investigacción conforman una contra tendencia respecto el éxodo de mujeres fuera de la informática exploran las oportunidades que ofrece la tecnología y aportan nuevos desarrollos a menudo relacionados con sistemas de información y producción de conocimientos compartidos y de acceso más igualitario. Las prácticas descritas por las entrevistadas engloban desde administración de redes, seguridad informática, desarrollo de software y hardware libre, semántica y redes sociales libres, hasta organización de eventos y encuentros hacktivistas.

También contribuyen al diseño y desarrollo de tecnologías basadas en los valores de sus usuarias, sea porque las diseñan partiendo de los presupuestos de la investigación participativa o el diseño centrado en la persona, sea porque las desarrollaron colaborativamente dentro y para comunidades específicas. Todo ello nos acerca a su visión política de las tecnologías, que pone de relieve la importancia de la seguridad, la privacidad, la descentralización, la creación de confianza, la atención a la diversidad y la no discriminación, así como el desarrollo de iniciativas para la soberanía tecnológica de la sociedad civil.

Finalmente, ejercer su curiosidad, experimentar, cuestionar la autoridad y compartir los resultados con la comunidad se constituyen como importantes mecanismos para mermar el patriarcado y el capitalismo así como para el empoderamiento de las mujeres. Para poder incidir en los imaginarios y romper un poco más los estereotipos, Lelacoders tiene previsto durante el transcurso de 2013 finalizar un documental editado con software libre presentando las contribuciones de las mujeres a la informática, el software libre y las culturas hackers. Como bien apuntaba Karen Spärck Jones, “la informática es demasiado importante para dejársela sólo a los hombres”, y Lelacoders quiere contribuir a revertir esa tendencia y generar diversidad sociocultural verdadera entre las personas que diseñan y programan los artefactos tecnológicos que cada día se imbrican más en nuestras relaciones con el mundo.

Lelacoders, ‘investig-acción’ feminista

Las limitaciones de estudios y creencias previas, así como la voluntad de indagar en las experiencias de las mujeres hackers, empujaron el desarrollo del proyecto de ‘investig-acción’ ciberfeminista Lelacoders, que inició sus andanzas hace dos años en el marco del colectivo informal Donestech.net. Lelacoders busca aproximarnos a las hackers, desplazándonos de un paradigma de la exclusión, que se centra en las ausencias, hacia un paradigma de la inclusión, que se centra en hacer visibles las presencias. Así pues, analiza experiencias de mu­jeres desarrolladoras que han sabido sobrepasar estas barreras desarrollando un conjunto de tácticas de aprendizajes, así como de praxis políticas con las tecnologías, se encuentran nuevas claves para el acceso de más mujeres en estas áreas.

Fuente fotografía i texto DIAGONAL 

11 de abril de 2013

Suicídate antes de matarla

El terrorismo machista se cobra diaria, semanal y anualmente docenas de víctimas. La frialdad de los datos así lo muestra. Y los asesinatos lejos de reducirse, van en aumento. Diariamente vemos en las películas que somos tratadas como cuerpos a los que agredir, la publicidad nos sigue tratando como pedazos de carne con la que comerciar de forma sexista, los videojuegos nos cosifican como elementos a los que violentar, las diferentes iglesias pretenden seguir manteniéndonos en el altar de las marías paridoras y cuidadoras invisibilizadas, las estructuras familiares heterosexuales nos cercan en el espacio privado, los juegos nos recuerdan que el rosa y las muñecas son nuestro ámbito normalizado, se permite gritar y ningunear a una madre tía abuela porque sí, algunos jóvenes dicen amar cuando controlan el móvil de su compañera o las amistades que frecuenta la chica. Y así, seguimos manteniendo una posición simbólica y social totalmente desigual de las mujeres respecto a los hombres.

Ante estos despropósitos, hay aún quien se pregunta qué ocurre para que los asesinatos lejos de reducirse sigan en aumento, y qué falla en las políticas de igualdad para que los roles y estereotipos sexistas pervivan, para que la maté porque era mía siga siendo un lema tristemente ejecutado. Al tiempo que quienes se formulan semejante pregunta, ni plantean la urgencia de cambiar las actuaciones arriba mencionadas, o el introducir en el currículum educativo líneas para promover la equidad entre alumnas y alumnos que compondrán la futura sociedad, o replantear el sistema económico y político androcéntrico.

Debemos de afrontar la situación de forma global, tanto por parte de la ciudadanía en su conjunto como por parte de las administraciones y estructuras sociales presentes, porque este incesante goteo de asesinatos hay que enfrentarlo desde todos los frentes, y porque es un problema de todas y todos. Porque cuando un hombre mata a una mujer, la sociedad, como conjunto de derechos y libertades, se empobrece, se degrada y fracasa. No nos cansaremos de recordar que la violación de los derechos humanos tiene como última expresión de la barbarie el asesinato de una persona, más aún, si el asesinato parte de la mano ejecutora del machismo y se mata por su condición de mujer. Urge por tanto, determinar acciones preventivas, conciliadoras y punitivas sin vuelta, que bajen a la raíz, que aborden la desigualdad estructural de derechos entre mujeres y hombres, con determinación y responsabilidad política.

El terrorismo machista no es primera plana de la agenda política y social, ni abre los telediarios; apenas ocupa las páginas de sucesos. Las víctimas del terrorismo machista no reciben homenajes, las administraciones públicas no condenan dichos asesinatos, los gobiernos no definen políticas antiterroristas para enfrentar semejante sangría, ni la ciudadanía se moviliza en masa ante cada uno de los asesinatos, las familias de las asesinadas ni siquiera son contempladas y menos compensadas moral y económicamente.

Son los grupos feministas y de mujeres quienes diariamente siguen denunciando que no podremos hablar sobre democracias saneadas, ni sociedades normalizadas, mientras exista un solo caso de maltrato, asesinato y agresión sexual contra las mujeres, mientras exista un solo terrorista machista que se crea en el derecho de matar a una mujer porque ya no controla su vida ni las decisiones que la mujer adopta. Parece que la movilización y la alarma encendida ante semejante violación del derecho fundamental a la vida, en este caso, en el caso de las mujeres, es cosa de unas cuantas que seguimos estando solas en el momento de alzar la voz en el "basta ya".

El terrorismo machista, presente en todas las sociedades desarrolladas o no, sigue matando, y aquí no pasa nada más allá de declararse públicamente en contra de la lacra. Es hora de que nombremos a las situaciones como lo que son: terrorismo machista. Es hora de que tomemos conciencia individual y colectiva para enfrentar cada quien desde su ámbito las diferentes violencias ejercidas contra las mujeres, que derivan como máxima expresión en un asesinato.

Es hora de recomendar a los hombres que se consideran con el derecho y hasta el deber de matar a una mujer, cuando han perdido el control sobre ella, y que "por el peso de la culpa por el acto cometido" después de matarla se suicidan, en un gesto heroico para salvar el honor:

Si crees que la vida de una mujer te pertenece, busca ayuda con urgencia. 

Si por el contrario piensas que, como varón tienes en tus manos la potestad de quitar una vida, no lo pienses demasiado y empieza por la tuya. 

Por Ainhoa Beola Olaziregi y Azu Serrano
Artículo publicado el 8 de abril de 2010 en Notícias de Guipúzcoa

Fuente de la imagen:
 http://http://memesfeministas.wordpress.com/2013/04/04/un-consejito/

10 de abril de 2013

Las coletillas del neomachismo

En los últimos años vemos un fortalecimiento de una serie de discursos machistas que relativizan y avalan de forma explícita o sutil las desigualdades de género y la violencia hacia las mujeres y las sexualidades no normativas. Desde los clásicos posicionamientos públicos de altos mandatarios de la jerarquía eclesiástica en contra del matrimonio homo­­sexual, el aborto o los anti­con­­­­ceptivos, hasta las declaraciones de diputados como Toni Cantó contra la Ley de Violencia de Género, esgrimiendo la falacia de que la mayoría de las denuncias son falsas.

Esta nueva ola de discursos machistas se inserta en un contexto de feminización de la pobreza y endurecimiento del capitalismo con importantes recortes en las políticas de igualdad. Los análisis feministas también coinciden en que estos discursos sociales del machismo son reacciones a las políticas de igualdad (Ley del Aborto, Ley de Violencia de Género, Ley del Matrimonio entre personas del mismo sexo, etc.), sobre todo, constituyen toda una una respuesta social a un cambio en las relaciones de género que, gracias a los movimientos feministas, ha conllevado mayores cuotas de igualdad/libertad para las mujeres.

Entre las respuestas organizadas, destacan los movimientos de hombres supuestamente afectados por las leyes de género. Las diferentes asociaciones que forman Federgen, junto a los grupos de hombres divorciados y por la custodia compartida, dan cuenta del modo en que el patriarcado se rearticula en un contexto de crisis capitalista y de inestabilidad de los vínculos familiares tradicionales. Nuevos mitos, como el de las denuncias falsas por violencia de género, o el síndrome de alienación parental, “toda una respuesta neomachista al abordaje penal de la violencia”, como afirma la psicóloga Fátima Urzanqui, se unen a los viejos discursos sobre violencia machista.

Por otro lado, las plataformas católicas y/o de derechas han acuñado el concepto “ideología de género” para referirse a una supuesta ofensiva que desbinarizaría a la población (diluyendo la “natural” división entre hombres y mujeres), atacaría a la heterosexualidad, amenazaría la familia nuclear y destruiría los valores “legítimos” (católicos). Según la presentación del I Congreso Internacional de Ideo­logía de Género, celebrado en Navarra en 2011, la categoría de género si bien “en su origen remitía a la base biológica de la diferencia sexuada, progresivamente corre el riesgo de suplantar dicha base, hasta llegar a abolirla”.

En este sentido, está teniendo lugar un intento de apropiación del concepto “feminismo” para desactivar su connotación subversiva y asociarlo a una acrítica e insípida “igualdad” de derechos y oportunidades que no tiene en consideración las relaciones de poder generizadas ni la organización heteropatriarcal de las sociedades. Un ejemplo: la plataforma Otro Feminismo Es Posible, que pretende conformarse como una suerte de “feminismo verdadero” pro-igualdad frente a lo que denominan “feminismo radical” y/o hembrista, el cual abarcaría desde las mujeres de la izquierda y centroizquierda institucional hasta teóricas y académicas feministas pasando por activistas feministas de toda índole (asociadas, participantes en ONG, autónomas...).

Agresiones virtuales

Por otro lado, en la esfera virtual se hallan no sólo discursos claramente machistas y de condescendencia y trivialización de la opresión, sino también una serie de agresiones virtuales más o menos organizadas (mensajes descalificadores y humillantes y amenazas de agresiones físicas y sexuales) hacia mujeres feministas que tienen una importante actividad política en la red. En este sentido, casos como el acoso sufrido por Anita Sarkeesian en EE UU, a raíz de su proyecto Feminist Frequency o, en el contexto español, por Alicia Murillo desde el sitio Forocoches, han abierto el debate sobre cómo afrontar los “cíberataques” y cómo desarrollar nuevas estrategias desde los feminismos.

Como dice la artista y activista Lucía Egaña, estos nuevos ataques revisten un carácter endémico y transfronterizo, además de una indudable dimensión simbó­lica pues ocupan un lugar privilegiado en el terreno de la representación. Todo ello, junto a los nuevos canales de comunicación, son elementos que tener en cuenta para llevar a cabo acciones de respuesta contundentes y efectivas.

De este modo, el activismo feminista, organizado o no, está tomando la red, llevando a cabo acciones en el ciberespacio y reapropiándose de la tecnología: en Facebook y Twitter se ha dado una actividad espontánea, rápida y colectiva de condena a actuaciones machistas como, por ejemplo, las declaraciones de Toni Cantó, la elección del nuevo papa, señalado por misógino y homófobo, o los ataques y acosos a las feministas. Una feminista en-red-ada hace un llamado y la autodenominada “manada” acude y se generan solidaridades inmediatas. Textos, imágenes, hastags (HT) en Twitter, “escraches” en los muros, vídeos, etc., son los soportes de las respuestas. La generación de las etiquetas #Somosmanada, #FeministaEnRed, #FeministaEnTwi­tter (y la apropiación de hastags ya existentes para lanzar el mensaje deseado) se combinan con proyectos como el de memes femi­nistas. Los memes, a través de la combinación de imágenes fácilmente reconocibles para el imaginario colectivo y frases generalmente humorísticas, facilitan el acceso a la teoría crítica feminista y constituyen una alternativa creativa a todo el humor sexista que circula por la red.

Algunas referencias en vídeo

En el contexto anglosajón, el proyecto videoblogger Feminist Frequency, de la crítica Anita Sarkeesian, realiza, a través del vídeo, una lectura crítica de los medios de masas y de las representaciones de las mujeres en las narrativas de la cultura pop. En su canal de YouTube algunas entradas están subtituladas al castellano. En Colombia, las Féminas Festivas tienen un proyecto de radionovela feminista que difunden a través de su blog. Por aquí destaca el proyecto El cazador cazado de Alicia Murillo, quien, con la cámara de su teléfono móvil, graba vídeos en los que interpela a los “piropeadores” (acosadores callejeros) y posteriormente los sube a la red. También gracias a estas herramientas se pudo dar una respuesta humorística y potente al acoso que sufrió esta activista y otras mujeres que la apoyaron: el vídeo ‘Parodia; Reivindicando GML (Grupo Masculino de Liberación).

Machismo de izquierdas

¿Qué sucede cuando estos discursos provienen no tanto de la derecha, la Iglesia o la socialdemocracia sino del otro lado del campo de batalla, esto es, de espacios progres, izquierdosos o incluso movimientos sociales supuestamente afines al feminismo? Es el caso de firmas de dudosa credibilidad como Félix Rodrigo Mora o Prado Esteban, que asocian el movimiento feminista al fomento del capitalismo y la explotación, llegando a identificar feminicidio con el “exterminio de mujeres” que, según ellos, realiza el feminismo.

En internet, también son frecuentes los troles bienpensantes, políticamente correctos o “buenistas”. Bajo el recurrente, “te hablo desde el respeto”, se cubren las espaldas ante una posible respuesta feminista contundente, que habitualmente es identificada como ataque, insulto o, en el caso que no se le dedique toda la energía y tiempo que ellos exigen, cobardía. Niegan las relaciones de poder y dominación patriarcales pre-existentes: “Todos somos iguales”, “Yo no me fijo en el género sino en la persona”, “Quiero la armonía entre los sexos”. Habitualmente atacan a algunas feministas con los términos “radical”, “hembrista” o “extremista” y afirman que ellas llevan a cabo un machismo a la inversa.
Artículo publicado en la revista digital DIAGONAL 
Fuente imágenes: 


8 de abril de 2013

Presentación y proyección de Sabtu: narrativas para un documental de género"

El director Albert Prat presentará su último proyecto, realizado con una beca Ruy de Clavijo concedida por Casa Asia en 2012, Sabtu (‘sábado’, en indonesio). La cinta acerca al espectador a las vidas de mujeres nativas de diferentes generaciones que ejercen la prostitución. El objetivo es dar a conocer las historias personales de estas mujeres a través de conversaciones íntimas para conseguir entender qué las ha llevado a su situación actual. Uno de los mayores retos del documental es la obtención de una información que de ordinario no está al alcance de todos los públicos.

La mayoría de entrevistas se hicieron de noche, en las ciudades de Yogyakarta y Surakarata. Indonesia, con casi doscientos treinta millones de habitantes, es el cuarto país más poblado del mundo y el 86,1% de su población es musulmana. Estas cifras hacen que el mundo de la prostitución en Indonesia sea extremadamente complejo.

Albert Prat ya conocía Indonesia cuando realizó Sabtu. Ejerció como profesor en una organización para mujeres que querían dejar de prostituirse y allí fue donde consiguió las primeras entrevistas y contactos que le llevaron a concebir el proyecto. En el segundo viaje, ha vivido y trabajado en contacto con distintas organizaciones sociales, que le han facilitado el acceso a las protagonistas del documental.

Participa en el acto:
Albert Prat
, director del documental

Presentación a cargo de:
Menene Gras
, directora de Cultura y Exposiciones


Fecha
10/04/2013 19:00 h

Horario
Miércoles, 10 de abril de 2013 a las 19.00 h

Lugar
Sede de Casa Asia
Sala Samarcanda
Av. Diagonal, 373
Barcelona

Entrada
Entrada libre hasta completar el aforo

Organizador
Casa Asia

Texto y datos extraídos de CASA ASIA