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Amy Goodman

Periodista, investigadora, escritora... Ha demostrado que SÍ es posible la independencia de los medios de comunicación y ha dado voz a lxs excluídxs en los mass media. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.

Vandana Shiva

Doctora en física, filósofa, activista por la justícia global y la soberanía alimentaria... Ha demostrado que SÍ es posible la producción sostenible y plural de alimentos. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.

Tawakkul Karman

Periodista, política, activista por los Derechos Humanos... Ha demostrado que SÍ se puede luchar desde el pacifismo por la Revolución política, social y de género en Yemen. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.

Joumana Haddad

Poeta, traductora... Ha demostrado que SÍ se puede trabajar por la secularización de la sociedad, la libertad sexual y los derechos de las mujeres en Líbano. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.

Leymah Gbowee

Trabajadora social, responsable del movimiento que pacificó su país en 2003... Ha demostrado que SÍ es posible la Paz en Liberia y que las mujeres son sus constructoras. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.

Ada Colau

Filósofa de formación y miembra visible de la PAH... Ha demostrado que SÍ es posible hacer frente a la ilegitimidad de las leyes movilizando a la sociedad pacíficamente. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.

Marama Davidson

Activista por los derechos del pueblo maorí... Ha demostrado que SÍ es posible identificarse con la idea universal de la descolonización del Planeta. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.

Teresa Forcades

Doctora en salud pública, teóloga... Ha demostrado que SÍ es posible un discurso humanista, feminista y combativo por la justícia social dentro de la Iglesia Católica. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.

Sheelah McLean, Nina Wilson, Sylvia McAdam y Jessica Gordon

Fundadoras del movimiento Idle No More... Han demostrado que SÍ es posible mobilizar a la sociedad en defensa de los derechos de los pueblos autóctonos en Canadá. SIN ELLAS NO SE MUEVE EL MUNDO.

24 de mayo de 2013

El genocidio cometido contra las mujeres de la República Democrática del Congo deja indiferente a la Comunidad Internacional

Caddy Adzuba
Caddy Adzuba denuncia que más de 50.000 mujeres en la región de los Kivu, en el este de la República Democrática del Congo, han sufrido violencia sexual por parte de grupos rebeldes ruandeses que operan en el país. La periodista denuncia que las guerrillas llevan años masacrando a la población, saqueando aldeas y brutalizando a la sociedad civil congoleña ante el silencio de los medios de comunicación internacionales y los gobiernos.

¿Cómo puede la violencia sexual convertirse en arma de guerra?

La violencia sexual se convierte en un arma de guerra cuando se utiliza de forma sistemática. Cuando los rebeldes planean saquear una aldea, utilizan como estrategia la violación de todas las mujeres y niñas con el objetivo de romper la comunidad a través de la destrucción del cuerpo de las mujeres. Así logran separar a sus miembros para que sean débiles y no puedan defenderse de la situación en la que se encuentran.

No se trata de llegar a una casa, coger a la mujer y violarla sexualmente. Los rebeldes armados  mutilan los genitales de las mujeres y obligan a sus familiares a mirar y participar en la agresión.  Todas las mujeres, sin importar su edad corren la misma suerte. Se trata de feminicido, de genocidio contra las mujeres.

Los rebeldes también raptan mujeres para convertirlas en esclavas sexuales durante meses o años. Los niños y niñas nacidas de esta situación son rechazados por las comunidades. Las personas pierden su humanidad, su vida, sus bienes, sus casas, sus hijos, se convierten en desplazados o refugiados. Todo el país está afectado por esta situación.

¿Por qué a través de las mujeres?

Los grupos armados se han dado cuenta de que con los años de crisis y dictadura, el aumento de la pobreza ha hecho que el tejido social haya comenzado a perder su valor. Cuando dejaron de pagarse los salarios de los trabajadores, principalmente hombres, las mujeres empezaron a hacerse cargo de la economía local con sus comercios, huertos y pequeñas empresas reactivando la vida de la comunidad. Tanto en aldeas como en grandes ciudades, las mujeres estaban levantando la economía local. Por eso destruyéndolas, acabas con la vida de la comunidad entera.

A nivel nacional e internacional las consecuencias son devastadoras. El 66% de las mujeres que han sufrido esta violencia están gravemente enfermas con VIH/SIDA, otras enfermedades de transmisión sexual, fístulas etc. Además de las secuelas psicológicas.

¿Cómo trabaja para combatir esta realidad desde la radio?

Como periodistas y mujeres del Congo, creamos la Asociación de Mujeres de los Medios para denunciar la situación. Queríamos que las mujeres pudieran romper el silencio de la tradición que les prohíbe hablar de violación sexual. Tenían miedo de ser estigmatizadas, por tanto, el trabajo empieza por acabar con la discriminación de las mujeres que han sido violadas.

Nos costó abrirnos un espacio en al radio para hablar de estos temas ya que las mujeres no estaban en los puestos de toma de decisiones y los directores de radios preferían hablar de deportes que de mujeres. Nos hemos encontrado con un país negligente con nuestra situación, que no comprendía la gravedad de lo que estaba sucediendo.

Hablamos con las autoridades e hicimos huelgas en las radios convencionales para exigir un espacio para hablar. Antes describíamos lo que pasaba, íbamos a las aldeas, veíamos lo que sucedía y lo contábamos: tantas mujeres violadas, enfermas, asesinadas, desaparecidas. Esta información llegaba a las ONGs que estaban en el terreno y éstas iban a curar a las mujeres. Viendo el fruto de nuestro trabajo, las mujeres comenzaron a confiar en nosotras y a contar ellas mismas lo que habían vivido.

La radio es muy importante en la RDC, cada familia tiene un aparato receptor, por eso es vital sensibilizar desde ese medio. Desde radio okapi llegamos a todo el país.

¿Cómo tratan de llevar a cabo la reparación a las víctimas?

Creamos otra asociación “La alianza de mujeres por la promoción de los valores humanos” (AFIDEP), dedicada a cuidar a los niños y niñas fruto de violaciones para que puedan tener una educación y crezcan con amor en una familia.

Las mujeres que han sufrido violencia sexual reciben varios tratamientos y se les apoya para que comiencen a trabajar poco a poco por medio de micro-financiaciones.

También trabajamos en las comunidades ya que todos están traumatizados. Hacemos lo que llamamos ”destraumatización de grupos”, que consiste en reunir a la comunidad y hablar de lo que le ha pasado a cada persona para que puedan apoyarse entre ellas y superar lo que han vivido.

¿Cómo explica el silencio de la comunidad internacional ante el conflicto?

En esta guerra los actores no son africanos, son multinacionales que tienen detrás a sus estados. Todo el mundo quiere tener su parte de riquezas ilegalmente. Detrás de este conflicto, están los Estados Unidos, Francia, Bélgica, Inglaterra etc. Después de años de intentar llegar a la paz entre los países de los grandes lagos, no ha servido para nada. Sabemos muy bien que no podremos solucionar este conflicto si Occidente no se involucra.

Las empresas que fabrican los ordenadores y teléfonos móviles no están en África. Son ellas quienes se benefician ya que necesitan el coltán y otras materias primas para fabricar sus marcas, de manera que financian a los diferentes grupos rebeldes para que la guerra no termine.

Occidente es la mano que se esconde detrás de cada parte del conflicto tirando de los hilos, por eso pedimos que participe en la búsqueda de la paz.

¿No interesa la paz en el Congo?

Los rebeldes extranjeros de las Fuerzas de Liberación de Ruanda llegaron a suelo congoleño en 1994, junto con los refugiados del conflicto. En ese momento, los soldados franceses de la misión de Naciones Unidas estaban allí. Los congoleños nos preguntamos cómo es posible que entre los refugiados pasaran también aquellos que habían liderado el genocidio con sus armas, que más tarde usarían contra la población civil congoleña para sembrar el caos y controlar las minas.

Preguntamos a la comunidad internacional y a nuestro gobierno, por qué no nos defiende la armada congoleña. Nos han dicho que estamos bajo embargo de armas, la armada congoleña está dividida, no tiene medios para defender a la población indefensa.

Cuando nos preguntamos, ¿cómo puede el ejército congoleño proteger a la población si está bajo embargo de armas? La única respuesta que obtenemos es que no hay interés en que la armada congoleña sea capaz de terminar con el conflicto.

¿Qué ha logrado hasta ahora con su lucha?

Las cosas se empiezan a mover poco a poco en la escena internacional. Los Estados Unidos han prohibido a sus multinacionales utilizar las materias primas del Congo. Cada vez hay más investigaciones sobre los vínculos entre la explotación de recursos mineros y la continuación del conflicto como el de Global Witness 

Hemos denunciado ante el Tribunal Internacional de Justicia la violencia sexual que ocurre en nuestro país, llevando pruebas y una lista de víctimas. Hemos tratado de traer a sus abogados para que hagan las investigaciones pertinentes para buscar justicia. Hay dos congoleños que están enfrentándose al Tribunal. Al principio, la violencia sexual no estaba entre los cargos que se les imputaban, hasta 2009 cuando llevamos pruebas de lo que estaba pasando.

También hemos exigido que se persiga a los líderes del Frente de Liberación Ruandés, entre quienes se encuentran los perpetradores del genocidio en Ruanda. Continuamos reuniendo pruebas y sensibilizando al Tribunal para que emprenda acciones contra estos grupos.

*Caddy Adzuba, junto a la artista Ouka Leele, ha realizado un video documental llamado “¿Por qué? Para sensibilizar acerca de la realidad que vive la sociedad congoleña, en especial las mujeres.

Artículo publicado en la revista DIAGONAL

13 de mayo de 2013

Dueñas y Señoras

La posesión de tierras por parte de mujeres campesinas nicaragüenses, rompe con una larga situación de pobreza y dependencia económica del marido, al tiempo que se construye una nueva forma de relación familiar -radicalmente opuesta a la vigente- en la que tanto las tareas agropecuarias y de mantenimiento de la vivienda como todas las decisiones referentes a la explotación de la finca se acuerdan de forma colaborativa. 

Para una óptima gestión de la empresa familiar, las mujeres reciben formación sobre cultivos orgánicos y sostenibles, de manera que la unidad familiar disponga de alimentos durante todo el año. Los conocimientos adquiridos son transmitidos por ellas mismas a otras propietarias campesinas y a sus propi@s descendientes, tejiéndose una potente red social de autoayuda en toda la comunidad. 

La titularidad de las tierras no es compartida: la mujer es su propietaria legal al 100%, con el objetivo de asegurarle su sustento y el de sus hij@s en caso de conflictos con el compañero.

La autonomía, empoderamiento y seguridad que estas mujeres han adquirido con la posesión de sus propias tierras, proporciona a todos los miembros de la familia el bienestar que, tal y como es definido en el documental "Dueñas y Señoras", se obtiene del Buen Vivir.

Artículo escrito por la administradora del blog
  Fuente foto: Difusión Rebelde!

 

12 de mayo de 2013

"Conèixer bé la seva religió allibera les feministes musulmanes"

Èlia Romo-Terol
Èlia Romo-Terol, filòloga àrab i hebrea, investigadora per la UB sobre feminisme islàmic, explica com res frena la lluita de les dones al món àrab post-revolucionari. Entrevista de CARME RIERA SANFELIU publicada a ara.cat

Han passat dos anys d'ençà que el món àrab va començar a bullir entre revolucions i les manifestacions massives als carrers s'han evaporat. Mentre l'efervescència postrevolucionària es concentra ara a escrutar unes transicions accidentades, les dones que van defensar els seus drets a les xarxes i a les places veuen com les forcen a fer passos enrere. Romo-Terol explica, però, que res frena la lluita feminista a la regió.

N'hem parlat molt arran de les revolucions, però fins on es remunta el feminisme al món àrab?

Comença a finals del segle XIX, sobretot a Egipte. Està molt lligat al nacionalisme àrab, contrari a la colonització i a favor de la independència. S'entenia que el país progressaria quan ho fessin les dones, és un feminisme més aviat laic i de tall occidental. Als anys cinquanta, quan s'independitzen, la societat torna a voler tancar la dona a casa.

El feminisme va quedar esmorteït?

Als 90 es dispara el feminisme islàmic. Això no vol dir feminisme de les musulmanes, és més aviat un feminisme que analitza les fonts de l'islam, la tradició de la qual beu la jurisprudència estatal, i en fa una nova interpretació. Rellegeix els textos des d'un punt de vista feminista, per defensar la igualtat entre sexes a l'islam.

I dècades més tard arriben les revolucions àrabs. Dos anys després, on ha quedat l'esperança que millorarien la situació de la dona?

L'auge dels partits islamistes no hi ajuda. Venien de dictadures militars laiques -Síria, Iraq, Egipte- i, tot i que no era cap garantia per als seus drets, la situació ha empitjorat i tenen por que, salvant les distàncies, passi com a l'Iran: un poble laic inicia una revolució per derrocar el xa i al cap de poc temps es troben amb el règim dels aiatol·làs

La lluita feminista no ha frenat.

A Egipte és bestial. S'han visibilitzat moviments potents a les xarxes socials: un mapa per localitzar abusos sexuals, per exemple. "La revolta o és feminista o no serà", diuen. Són moviments que no s'emmarquen en el feminisme islàmic, és un altre tipus d'activisme. Si bé tothom lluita pel mateix, el feminisme islàmic es va fer molt fort als noranta, especialment als Estats Units. Un dels millors exemples és l'associació Karama, advocades que coneixen molt bé la llei islàmica i que s'enfronten a sentències injustes que s'emparen falsament en l'Alcorà.

Quines victòries han aconseguit aquest tipus d'organitzacions?

Un dels casos més coneguts és el de la dona que es volia lapidar fa uns anys a Nigèria. Amnistia Internacional va fer-ne una gran campanya, però la iniciativa original va ser d'un grup d'advocades nigerianes, Baobab. Per un tribunal nigerià que segueix la xaria, Amnistia Internacional no té cap força perquè no deixa de ser una mentalitat occidental que volen combatre i fa que es reafirmin més encara en les seves intencions. Són aquests grups de dones les que realment coneixen la llei i poden rebatre el discurs oficial.

¿El discurs dels islamistes s'ha de combatre dins de l'islam, doncs?

Una activista egípcia, Xahinaz El Hennawi, ho explica molt bé. Diu: "Hi ha moltes activistes capaces de continuar el camí de les revolucions, però el que fa falta són estudioses que responguin als que creuen que poden  parlar en nom de la religió i fer retrocedir les dones". Les musulmanes fa molt que es van adonar que tenir un coneixement de la pròpia religió allibera la dona.

Moltes dones musulmanes rebutgen les Femen, les noies que es treuen la samarreta per manifestar-se. ¿Hi ha xocs entre el feminisme islamista i l'occidental?

Moltes dones no s'identifiquen amb la manera de reivindicar de Femen, a Occident hi ha una hipersexualització de la dona i això fa que moltes musulmanes reaccionin amb rebuig. Entenc que les Femen tenen dret a manifestar-se ensenyant els pits i que altres dones ho faran estudiant l'Alcorà. Al final totes busquen el mateix.

I tot i buscar el mateix, sembla que no s'acaben d'entendre.

Hi ha un acudit gràfic àrab en què es veu una dona amb el nicab i una altra amb biquini i ulleres de sol. Totes dues pensen: "Oprimida..." Què és millor, hipersexualització o hipercobriment? Al final, la voluntat és la mateixa: dues maneres de sentir-se bonica. Parlem amb orgull del nostre alliberament sexual però elles diuen que som esclaves de la talla 40. Tenim un altre tipus de vels i canviar uns pels altres no val la pena, cadascú s'allibera a la seva manera.

No tot es redueix a la religió, no?

És el patriarcat el que sotmet la dona i qualsevol religió que caigui en mans d'un sistema així serà l'excusa del discurs polític per reafirmar una estructura controlada per homes. El feminisme islamista comença a posar èmfasi en la sexualitat. Cal recordar la frase "ni putes ni submises", que va donar nom a un grup feminista francès el 2002. No volen ni hipersexualització ni caure en una submissió patriarcal que també ha viscut Espanya. Les revoltes han demostrat que de submises no en tenen res. Tahrir estava plena de dones cridant, tapades o no. I que siguin víctimes d'assetjament no vol dir que es quedin a casa, que no estudiïn o que no es queixin.

8 de mayo de 2013

El derecho al aborto de Letizia

Artículo escrito por Beatriz Gimeno publicado en PÍKARA MAGAZINE

En estos últimos tiempos se ha ido desmontando el tabú que existía en torno a los miembros de la monarquía,  y estamos leyendo casi todo sobre ellos y ellas. De sus amantes, de su riqueza en Suiza, de sus limitaciones intelectuales… Hace un par de meses salió un libro sobre Letizia Ortiz e, inmediatamente, se hizo un pesado silencio propio de otras épocas. Una periodista del corazón, Paloma Barrientos, fue despedida de su programa por hacer alusión a él y ningún periódico de izquierdas hizo la más mínima referencia al libro, ni a favor ni en contra, nada, como si no existiera. Yo escribí un artículo –que es más o menos este- y ningún diario me lo quiso publicar. ¿Por qué? Porque yo comentaba algo que se dice en ese libro: que Letizia se sometió a un aborto legal en la clínica Dator.

Después debatí con amigas feministas sobre si estaban de acuerdo o no con que se hiciera público este asunto. Lo primero es que yo no hago público el asunto, sino que éste ya está publicado y que es así como yo me entero. Lo segundo es preguntarse si es lícito insistir en este dato y colaborar así a esa violación de la intimidad. En realidad, la intimidad de los personajes públicos se viola todo el tiempo. Algunas cosas de la intimidad son profundamente políticas, ¿no es así? Y más si eres princesa de Asturias. Mi impresión, mi convicción más bien, es que el aborto es, incluso para nosotras las mujeres, incluso para las feministas, un tabú moral. Por eso hemos aceptado con tanta facilidad eso de que el aborto es casi lo peor que le puede pasar a una mujer (aunque deba ser legal) y por eso hemos aceptado con tantísima facilidad lo del inexistente trauma post-aborto.

Vaya por delante que varias mujeres de mi familia más cercana y más querida han abortado. Una de ellas, en pleno franquismo, lo tuvo que hacer sobre la mesa de una cocina y con una especie de curandera terrible como oficiante. Unos años después otras dos familiares muy cercanas se fueron a Londres. Para la primera la experiencia fue terrorífica, jamás lo olvidó y tampoco lo ocultó, nunca se sintió culpable de nada y, al contrario, se hizo activista a favor del aborto, para que nadie más tuviera que pasar por una experiencia semejante. Allí la única culpa era la de un régimen que limitaba gravemente los derechos de todos, pero también  -más aún- de todas. Para mis otras dos familiares la experiencia no fue tan terrible, pero fue humillante. ¿Por qué las mujeres europeas tenían derechos básicos de los que ellas no podían disfrutar? Ellas dos también son firmes partidarias del aborto y defienden que todas las mujeres puedan acceder a un derecho al que ellas tuvieron acceso gracias a que se lo pudieron pagar.

El aborto, como la homosexualidad, no es una cuestión exclusivamente privada en tanto no sean derechos plenamente garantizados. Cuando el aborto o la homosexualidad sean derechos no discutidos, entonces no es que dichas cuestiones vayan a ser sólo privadas, es que entonces a nadie le importará nada saber quién hace qué porque no tendrá importancia. En este momento, el Partido Popular quiere imponer, espoleado por el sostén ideológico de la Iglesia católica, una ley de aborto que nos arrebata a las mujeres derechos fundamentales. Esto no es un escarceo privado, es una batalla pública. Así que de la misma manera que descubrir que un político partidario de reprimir a los gays es gay él mismo no es una cuestión privada, tampoco lo es leer en un libro que existen pruebas de que Letizia ha abortado.  Y no lo es porque ella hacía uso de una ley que ahora nos quieren arrebatar a todas las mujeres y porque ella es parte de una institución que se encuentra en connivencia absoluta con la Iglesia católica, principal impulsora de este retroceso legal.

Si la monarquía de este país no fuese confesional, si las creencias de sus miembros fuesen particulares, entonces el hecho de que Letizia se hubiese practicado un aborto sería una cuestión absolutamente privada, así como el hecho de que asistiera o no a misa. Pero esta monarquía nuestra es confesional y la Iglesia es enemiga de los derechos fundamentales de las mujeres.

La Iglesia mantiene una batalla terrible en todo el mundo por impedir que el aborto se convierta en un derecho legal para las mujeres. Y lo que ocurre cuando el aborto es ilegal es que pasa de ser un derecho garantizado a todas las mujeres, a ser un derecho del que sólo disfrutan las ricas. Las ricas abortan en todo el mundo en buenas condiciones, mientras que las pobres mueren; las mujeres ricas se hacen dueñas de sus vidas y de sus cuerpos, mientras que las pobres se juegan sus vidas para abortar, y se la juegan no sólo materialmente, sino también social y familiarmente, puesto que además de la salud se juegan la condena social y el estigma, que pueden llegar a ser tan graves como la muerte según en qué sociedad.
La Iglesia es una institución fundamental en el mantenimiento de esta grave violación de los derechos de las mujeres. Utiliza todos los medios políticos a su alcance para que el aborto no se legalice y se pueda hacer en condiciones de seguridad; y utiliza también todos los medios que puede para que la condena social y el estigma sigan cayendo sobre quienes desafían sus prohibiciones. Y veo que a veces nosotras mismas colaboramos en el mantenimiento de ese estigma. ¿Y si ha abortado qué?

¿Qué importancia tiene que Letizia haya abortado? En primer lugar nosotras consideramos que no ha hecho nada ilegal ni inmoral; sino que ha hecho uso de una ley que vienen usando miles de mujeres con naturalidad hasta ahora. Sin embargo,  según la doctrina que viene dictando y aplicando la Iglesia, si la princesa Letizia ha abortado, eso significa que está excomulgada, es decir, que no puede asistir a ritos católicos. Eso, de llevarse a cabo, podría suponer, de facto, una ruptura en la confesionalidad de la institución monárquica. A lo mejor por esta vía se abre paso la posibilidad de que la monarquía sea una institución laica y que no sea obligatorio que todos sus miembros tengan que fingirse católicos practicantes. La monarquía, mientras exista, es una institución del Estado y, como tal, debería de ser laica, independientemente de lo que hagan en su tiempo libre las personas concretas que la ocupan (ir a misa o jugar al pádel).

Como no es probable que esto ocurra, sino que lo más probable es que la Iglesia eche mano de su tradicional hipocresía y alta tolerancia para  los pecados de los poderosos, por lo menos esto nos permitirá visualizar ante la gente, que no es tonta, algo que de sobra sabemos pero que de esta manera queda como ejemplo palmario: que la Iglesia tiene una vara de medir para las mujeres pobres que abortan y otra muy distinta para las mujeres poderosas.

Nos permite también mostrar que muchas mujeres abortan, y que cuando se aborta en buenas condiciones no es ningún drama como nos quieren hacer creer; que muchas mujeres, de todas las clases sociales, recurren a él cuando lo necesitan y después siguen con sus vidas tranquilamente. Contribuye también a evidenciar lo que significan las restricciones a este derecho. En este momento una mujer en El Salvador lucha por conseguir abortar a un feto sin cerebro y que está poniendo en riesgo su propia vida. Incluso la ONU ha intervenido en el asunto pidiendo que se le permita someterse a ese aborto, la Iglesia se niega.  ¿Alguien piensa que si Letizia, o una mujer de su clase, quisiera o necesitara abortar hubiera dejado de hacerlo sólo porque esté prohibido? No, las mejores clínicas están siempre abiertas para ellas. Restringir el derecho al aborto sólo convierte a este en un privilegio, otro más, del que disfrutan las mujeres y las familias poderosas;  y en un derecho, otro más, que nos arrebatan a la inmensa mayoría de las mujeres, a todas las demás.

Que Letizia haya abortado no debe callarse ni ocultarse, ella ocupa una importantísima posición pública y ella es cómplice de la Iglesia católica. Todo esto tiene que ser denunciado porque esta batalla es demasiado importante para todas nosotras. El derecho al aborto, incluso el derecho al aborto de Letizia, es uno de los principales derechos de las mujeres, y destruir el tabú moral y de silencio que lo rodea es también uno de nuestros principales objetivos. Así que defendamos con fervor el derecho al aborto de Letizia y el de todas las mujeres.

5 de mayo de 2013

Los cuentos que nos cuentan: la reproducción y ¿sus protagonistas?

Tal y como se puede deducir del análisis sobre el uso del lenguaje en el ámbito de la ciencia que lleva a cabo Eulalia Pérez Sedeño -catedrática en Filosofía y Lógica de la Ciencia por la Universidad del País Vasco y profesora de Ciencia, Tecnología y Género en el Instituto del CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas)­ -en su ensayo El Sexo de las Metáforas, el lenguaje "científico" ha hecho de la ciencia un vehículo de transmisión de ideas sexistas preconcebidas y sin base científica y ha explicado determinados comportamientos biológicos de manera sesgada. Es precisamente en la ciencia donde el patriarcado ha encontrado un escenario idóneo para transmitir su  ideología, ya que desde este ámbito la argumentación sobre el protagonismo hegemónico masculino en los procesos biológicos adquiere un rango que lo hace incuestionable, al menos para aquellas personas no especializadas en la materia -una gran mayoría-. Esta práctica de manipulación lingüística se ve reforzada por  el profundo enraizamiento que tiene en el imaginario colectivo la atribución de determinadas actitudes como propias y exclusivas de la naturaleza femenina, siempre en contraposición de la masculina, como es el caso de la inactividad femenina, en contraste con la actividad masculina. 

Los argumentos "científicos" -y la forma en cómo éstos son divulgados- tienen un peso de tal magnitud en la opinión pública que hace muy difícil que puedan ser cuestionados. Esta incuestionabilidad se debe a dos aspectos fundamentales: el desconocimiento por una gran parte de la colectividad ciudadana de una disciplina compleja que requiere una cierta formación para comprenderla y  la irrefutabilidad de sus conclusiones que es percibida como una cualidad inherente a esta instrucción, en parte a causa de este mismo desconocimiento sobre la materia. Este aspecto de la ciencia que calificamos como indiscutible se ve fortalecido por una tecnología consagrada a su servicio que en las últimas décadas ha progresado  a tan gran velocidad que ha abierto una brecha entre el desarrollo humano y el tecnológico. Éste último se ha alejado enormemente del individuo, que se ve incapaz de comprender y adaptarse a sus constantes innovaciones, lo que ha dado lugar a que viva los avances técnicos con una sensación permanente de obsolescencia, hecho que ha  favorecido la mitificación de la ciencia y la tecnología.

La antropóloga feminista Emily Martin, expone su lúcido análisis sobre esta misma cuestión en el ensayo The egg and the sperm, "cómo la ciencia ha construido un romance perfecto basado en estereotipos de género" -tal y como el título de su escrito lo define- y que es comentado en el artículo publicado en la revista online DIAGONAL que te invitamos a leer a continuación.

Artículo escrito por la administradora del blog
Fuente fotografía: http://www.diagonalperiodico.net/blogs/vidas-precarias/cuentos-nos-cuentan-la-reproduccion-y-sus-protagonistas.html

Los cuentos que nos cuentan: la reproducción y ¿sus protagonistas?

La antropóloga Emily Martin explica en su artículo “El óvulo y el espermatozoide: de cómo la ciencia ha construido un romance perfecto basado en estereotipos de género” cómo, en los discursos científicos sobre óvulos, espermatozoides y fecundación, se presentan estos gametos[1] desde el antropomorfismo, esto es, con cualidades humanas, y desde una visión binarista, desigual y estereotipada de cómo las personas somos entendidas en términos a partir de coordenadas de masculinidad y feminidad. Así, los espermatozoides se presentan masculinizados, como sujetos con capacidad de acción, fuertes, valientes, con objetivos (fundamentalmente: penetrar al óvulo), y los óvulos se presentan como receptores pasivos, dotados de significado sólo a través de su contacto con “el” espermatozoide. Lisa Jean Moore, años más tarde, escribió un libro sobre “el fluido más preciado de los hombres” en el que analizaba discursos en torno a los espermatozoides en diferentes ámbitos. Ella destacó cómo en en ellos se reproduce también un modelo de masculinidad hegemónica en el que la relación entre éstos y los óvulos se presenta o bien en términos de “batalla de los sexos” o en términos de “complementariedad” con un fuerte componente de historieta de combates o cuento de hadas fuertemente heteronormativo, en los que la relación entre los supuestos polos “femenino” y “masculino” es claramente desigual.

Algunas películas se han hecho eco del asunto, seguro que más de unx recuerda esta (entre el 2.40 y el 4,35). Pero es fácil verlo también en documentales y series de “divulgación científica” para todos los públicos. Estos discursos naturalizan la masculinidad hegemónica y sitúan a los óvulos, y lo que entienden y definen como el cuerpo de las mujeres, en el lugar pasivo que les reserva el imaginario heteropatriarcal.

Los estudios de estas autoras nos recuerdan que la ciencia -como todos los demás discursos- es situada, que las definiciones científicas de lo que somos están conformadas en el contexto de una cultura, de una forma de entender el mundo muy particular. Las hegemonías blancas, occidentales, heteronormativas y androcéntricas nos explican así cómo se da el proceso de reproducción desde una visión simplificadora en la que el punto clave se sitúa en el encuentro entre óvulo y espermatozoide. Estas explicaciones parece que necesitasen buscar protagonistas de la historia, un chico y una chica para formar lo que Emily Martin llama “romance perfecto”. Dar esta centralidad a la fecundación frente a todo el resto de procesos que tienen lugar en el aparato reproductor femenino crea una falsa imagen en la que pareciese que lo único necesario y esencial para que nazca un bebé es que un espermatozoide espabilado consiga ganar a todo su grupete en una especie de “gran carrera” y penetrar (¿¿¿en qué momento asumimos que el encuentro entre células es “penetración”???) al óvulo.

Esta visión simplista y absurda invisibiliza todo el trabajo que el aparato reproductor femenino y todo el cuerpo de la persona dentro de la que se da la fecundación llevan a cabo en este momento y en las semanas subsiguientes. Ella es la que activa una serie de mecanismos que consiguen que se genere un embrión que, en algunos casos, puede derivar en un feto que, en ocasiones, deriva en una nueva persona. No siempre es así, muchas veces el proceso se para, o bien porque el cuerpo no reconoce el conjunto de células como un embrión y no genera los procesos necesarios para el desarrollo del mismo o para su posterior derivación en feto, o bien porque la persona que lo está desarrollando decide no continuar el proceso porque no quiere, no puede o no desea en ese momento generar una nueva vida con todo lo que ello implica. Esto se realiza, si se puede hacer de una forma segura, a través de la paralización del proceso por vía médica. Vaya, igual que se paralizan por vía médica otros procesos que suceden en nuestro cuerpo de forma no deseada (desde la extensión de un virus común a la multiplicación de células cancerosas).

El hecho de que los cuentos que nos cuentan sobre la reproducción se centre en la agencia de los hombres (“Papá pone una semillita en mamá”) y niegue totalmente la agencia de las mujeres no es algo inocente ni ingenuo. Esto no es lo mismo que decir que todas las personas que repiten la historia tengan en la cabeza una estrategia maléfica de sometimiento de las mujeres, evidentemente. Pero el imaginario existente en torno a la reproducción separa al embrión y al feto del resto del cuerpo de quien lo está generando, y separado del cual no existe. Este imaginario forma parte de una estrategia más de sometimiento y negación de la agencia de las mujeres y demás sujetos no hegemónicos, una estrategia más de control de los cuerpos que no se atienen a las normas del ideal religioso y conservador que nos prefiere muertas antes que libres.

La lucha por el derecho al aborto va más allá de que una mujer en un momento dado pueda abortar (aunque eso ya es suficientemente importante), implica reconocer que podemos tomar decisiones sobre nuestras vidas que se salgan del ideal heteronormativo de la familia nuclear. Que podamos decidir sobre nuestra p/maternidad, nuestra sexualidad, nuestro placer. Implica negarse a que los derechos se adquieran sólo por vía económica (porque evidentemente, siempre ha habido clases y quienes puedan permitírselo volverán a volar a Londres). Implica cuestionar un discurso que dice saber más sobre nosotras que nosotras mismas. Luchar por construir imaginarios distintos, vidas con sentido, vivibles, decididas; no se termina en el derecho al aborto, faltaría más, pero permitir que nos lo roben supone precarizar muchísimo más las vidas de gente ya suficientemente precaria. Considero que cualquier discurso político o ético que se pueda considerar mínimamente emancipador tiene que asumir que, tanto en relación al aborto como en general en la relación con nuestros cuerpos, las “mujeres” deciden, la sociedad respeta, el estado garantiza y las iglesias no intervienen.