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| Margarita Padilla |
Periodista, investigadora, escritora... Ha demostrado que SÍ es posible la independencia de los medios de comunicación y ha dado voz a lxs excluídxs en los mass media. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.
Doctora en física, filósofa, activista por la justícia global y la soberanía alimentaria... Ha demostrado que SÍ es posible la producción sostenible y plural de alimentos. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.
Periodista, política, activista por los Derechos Humanos... Ha demostrado que SÍ se puede luchar desde el pacifismo por la Revolución política, social y de género en Yemen. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.
Poeta, traductora... Ha demostrado que SÍ se puede trabajar por la secularización de la sociedad, la libertad sexual y los derechos de las mujeres en Líbano. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.
Trabajadora social, responsable del movimiento que pacificó su país en 2003... Ha demostrado que SÍ es posible la Paz en Liberia y que las mujeres son sus constructoras. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.
Filósofa de formación y miembra visible de la PAH... Ha demostrado que SÍ es posible hacer frente a la ilegitimidad de las leyes movilizando a la sociedad pacíficamente. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.
Activista por los derechos del pueblo maorí... Ha demostrado que SÍ es posible identificarse con la idea universal de la descolonización del Planeta. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.
Doctora en salud pública, teóloga... Ha demostrado que SÍ es posible un discurso humanista, feminista y combativo por la justícia social dentro de la Iglesia Católica. SIN ELLA NO SE MUEVE EL MUNDO.
Fundadoras del movimiento Idle No More... Han demostrado que SÍ es posible mobilizar a la sociedad en defensa de los derechos de los pueblos autóctonos en Canadá. SIN ELLAS NO SE MUEVE EL MUNDO.
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| Margarita Padilla |
En la revista número 10 de Africaneando, Babere Kerata Chacha -miembro del Departamento de Historia de la Universidad de Egerton, Nioro, Kenia- publica un artículo titulado Traspasando las fronteras de la locura de género y colonial: el matrimonio entre mujeres, la ley consuetudinaria y el cambio en Tanzania, 1890-1990. En él argumenta la importancia y evolución que ha tenido esta práctica en la Tanzania pre y postcolonial, con la que muchas mujeres han podido enfrentar sus condicionantes jurídicos y biológicos de una manera muy imaginativa y peculiar.
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| Marama Davidson |
Hablar del pueblo maorí es hablar de la lucha digna, de nunca rendirse, de cultura viva. Hablar de la lucha del pueblo maorí es también hablar de sus mujeres, y justamente entre ellas es donde se encuentra Marama Davidson, mujer y luchadora indígena.“De niña vi a mis padres pelear con los dueños de las tierras, y con mis oídos de bebé escuché que les gritaban ‘¡malditos maoríes, vuélvanse a su lugar!’. De niña vi a mi madre y a mi padre ser golpeados por la policía, mientras eran llamados ‘bastardos negros’”, cuenta Marama.Davidson es una mujer que no pretende hablar por todos los maoríes; sus historias tratan sobre sí misma y a través de ellas emergen los diferentes colores de las muchas kakahu (mantos y telas) que usa: la de maorí, la de wahine (mujer), la de madre, esposa, la de una mujer de carrera en las luchas políticas y sociales de su tierra y la de amiga.Aoteraoa (Nueva Zelanda), lugar en el que vive, es tierra ocupada por los poderes coloniales imperiales. Ahí, la lucha de su cultura está viva y pronta a resonar afín con las luchas de otros pueblos en solidaridad activa.En la siguiente entrevista Marama habla de las ancestrales luchas deAotearoa, de la relación de éstas con los movimientos actuales y del papel de las mujeres maorí en la defensa del territorio y los recursos naturales.
| Tawakkul Karman,Premi Nobel de la Pau 2011 |
Es también uno de los países más desiguales en términos de género y del empoderamiento de las mujeres. En el último Índice de Desigualdad de Género (IDH-IDG 2011), Yemen se clasifica en la última posición, es decir la 146 sobre 146 países evaluados, obteniendo un valor de 0,769**. Además de los altos índices de pobreza y de desigualdad de género, Yemen destaca por sus niveles elevados de corrupción, analfabetismo, desempleo, riesgos terroristas y conflictos armados, y por tener una creciente población mayoritariamente joven, sin oportunidades ni recursos para lograr un nivel de vida digno, creativo y valorable en términos del desarrollo humano. Esta situación ha contribuido a un descontento social, que inspirándose en los alzamientos populares de Túnez, estalló en enero de 2011 en protestas y manifestaciones callejeras para reivindicar reformas político-sociales y poner fin a los 33 años de presidencia de Ali Abdullah Saleh. Dicha sublevación popular se prolongó en tiempo, convirtiéndose en una verdadera revolución.
Voy a argumentar que las mujeres han jugado un papel determinante en la revolución yemení. Y que la revolución ha tenido un impacto importante en su empodermiento, tanto a nivel individual como el colectivo. Durante la revolución se han observado algunos cambios sociales a nivel de la mentalidad de la gente, manifestándose en sus respuestas a las preguntas emergentes que se lanzaba en los debates públicos. Por ejemplo: si la sociedad yemení está preparada y dispuesta a elegir y ser gobernada por una mujer – presidenta. También se han observado cambios en algunas actitudes de la sociedad durante la revolución. Por ejemplo, se han trasgredido algunas tradiciones vinculadas a las normas de género tradicionales, y éstas han sido aceptadas sin ningún reproche. Antes de la revolución, por ejemplo, era impensable ver a una mujer soltera y joven de una conocida "buena familia” en el exterior participando en alguna actividad compartida con los hombres después de la oración del magrib (después de la puesta del sol). Más aún, era completamente inimaginable que las mujeres en Yemen pudiesen acampar en las calles y las plazas públicas para manifestarse y expresar su compromiso político con la revolución. Eso era inimaginable, porque se trataba de pasar la noche en una tienda de campaña situada a una distancia minima de la zona donde se alojaban los hombres, que muchas veces no eran ni siquiera sus familiares.
El 7 de octubre de 2011, esta periodista y activista por los derechos humanos, fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz, «por su batalla no violenta a favor de la seguridad de las mujeres y de su pleno derecho en la plena participación de la obra de construcción de la paz». Con este nombramiento se destacó no sólo a la primera mujer árabe y la única persona de nacionalidad yemení con un premio Nobel, sino que también se dio simbólicamente el reconocimiento internacional al liderazgo de las mujeres en las primaveras árabes. Tawakul es el ejemplo de la generación joven de mujeres y activistas en Yemen, que rompen con los modelos de género tradicionales y que lideran la plena integración de las mujeres en la vida pública y política del país. Es importante destacar que el liderazgo político de Tawakul Karman y su lucha por los derechos humanos resulta desafiante también hacia la ideología islamista y conservadora de su partido político, el Islah, que siempre se ha mostrado ambivalente en cuanto a la participación femenina en la política, siendo bastante restrictivo respecto a la nominación de las mujeres como candidatas en las elecciones.
Uno de los acontecimientos más conocidos tuvo lugar el 15 de abril de 2011, cuando el Presidente Ali Abudulah Saleh pronunció un discurso en el que sugería que la mezcla de los sexos en la Plaza del Cambio estaba prohibida por el Islam. La breve propaganda mediática, que acompañó a este discurso, sugería que las activistas femeninas que participaban en la revolución, eran las mujeres malas, perdidas, las escandalosas y de una reputación cuestionable. Los hombres que permitían su participación en el movimiento revolucionario, actuaban en contra de las normas del Islam. El polémico discurso, contextualizado políticamente y culturalmente, ha sido interpretado como una estrategia del presidente para dividir a sus oponentes, apelando a su sensibilidad religiosa y de género. El Islam y las mujeres, como en tantas otras ocasiones, han sido utilizadas de nuevo como un arma político del poder. El intento de deslegitimar y desacreditar a las mujeres revolucionarias, demuestra también el temor del régimen por el alcance de su participación, su liderazgo y su importancia en la revolución. Su influencia y su visibilidad se ha convertido en un peligro real para el régimen y el antiguo sistema patriarcal. La respuesta de las mujeres al discurso del presidente ha sido inmediata, multitudinaria y de una importancia sin precedentes (incluso el asunto ocupó las portadas de todos los periódicos nacionales). Las mujeres salieron a las calles no sólo para denunciar el uso político del Islam y su deshonra por el presidente, sino también para reivindicar sus derechos de plena ciudadanía. La protesta de las mujeres ha sido tan abrumadora, que el mismo presidente tuvo que desdecirse, y asegurar públicamente que las mujeres en Yemen tienen pleno derecho a participar en la vida política en igual condiciones que los hombres.
Concluyendo, la participación de las mujeres en la revolución yemení, dentro del contexto de las Primaveras Árabes, forma parte de la trayectoria histórica de los movimientos de mujeres contemporáneos en Yemen. Con una agenda de acción propia, sus expectativas emancipatorias se han incrustado siempre en las dinámicas sociales e históricas específicas. Dentro de estos procesos las mujeres han sido capaces de formular sus propias estrategias de resistencia y cambio, incluyendo las reivindicaciones de sus derechos específicos y renegociando los nuevos roles sociales y libertades particulares. Las narrativas históricas de sus itinerarios emancipatorios reflejan los discursos y los códigos de género que han condicionado sus vidas y sus opciones, así como han determinado sus respuestas colectivas para negociar los cambios y alcanzar mayores cuotas de derechos y de autonomía. Las mujeres en Yemen siempre han luchado por sus derechos y por el reconocimiento de su estatuto desde sus lugares de enunciación, desde sus vivencias de género y aprendizajes cotidianos, y desde sus espacios de poder, formulando las estrategias que plantean formas de relacionar lo «tradicional» y lo «moderno», desafiando la consideración antitética de ambos términos.
Como en tantas otras ocasiones a lo largo de la experiencia histórica, las mujeres han sido bienvenidas en la revolución de una manera excepcional, y su liderazgo ha sido recibido sin ninguna objeción mayor por parte de sus compañeros masculinos. Se necesitaban a las mujeres para la causa de la revolución. No obstante, una vez lograda la victoria, cuando pasamos a las etapas post-revolucionarias, donde la política implica el reparto del poder, todo cambia. Los puestos de poder son limitados y eso implica una lucha por el reparto del poder y el control sobre los recursos. ![]() |
| Publicat aquí |
Hoda Badran, presidenta de Alliance for Arab Women, exposa en aquest article els retrocessos socials que estan patint les dones dels països immersos en el que s’ha anomenat Primavera Àrab. Després d’haver participat activament en les revolucions dels seus països, les seves condicions de vida es retrotrauen a escenaris socials més precaris, encara, que abans d’aquestes “revolucions”. Patriarcat i militarisme continuen estretament units, especialment en països com Egipte, i necessiten de la submissió de les dones als seus designis per poder sobreviure com a força dominant.